Un óxido es un compuesto químico, formado por al menos un átomo de oxígeno y un átomo de algún otro elemento.[1] El átomo de oxígeno normalmente presenta un estado de oxidación (-2).[2] Existe una gran variedad de óxidos, los cuales se presentan en los 3 principales estados de agregación de la materia: sólido, líquido y gaseoso, a temperatura ambiente. Casi todos los elementos forman combinaciones estables con el oxígeno y muchos en varios estados de oxidación. Debido a esta gran variedad las propiedades son muy diversas y las características del enlace varían desde el típico sólido iónico hasta los enlaces covalentes.[3]
La mayoría de los óxidos se pueden clasificar en ácidos o básicos, según produzcan ácidos o bases cuando se disuelven en agua. Un óxido básico es un compuesto iónico, que se forma cuando el oxígeno se combina con un metal; un óxido ácido, es un compuesto covalente que resulta cuando el oxígeno reacciona con un no metal.
En general, los ácidos se pueden sintetizar directamente mediante procesos de oxidación; por ejemplo, óxidos básicos con elementos metálicos (alcalinos, alcalinotérreos o metales de transición) como el magnesio:
;
O bien óxidos ácidos con elementos no metálicos, como el fósforo:
Estequiometria
Los óxidos son extraordinariamente diversos en términos de estequiometrías (la relación medible entre los reactivos y las ecuaciones químicas de una ecuación o reacción) y en términos de las estructuras de cada estequiometría. La mayoría de los elementos forman óxidos de más de una estequiometría. Un ejemplo bien conocido es monóxido de carbono y dióxido de carbono.[5] Esto se aplica a los óxidos "binarios", es decir, compuestos que contienen solo óxido y otro elemento. Mucho más comunes que los óxidos binarios son los óxidos de estequiometrías más complejas. Tal complejidad puede surgir por la introducción de otros cationes (un ion con carga positiva, es decir, uno que sería atraído por el cátodo en la electrólisis) u otros aniones (un ion con carga negativa). El silicato de hierro, Fe2SiO4, el mineral fayalita, es uno de los muchos ejemplos de un óxido ternario. Para muchos óxidos metálicos, también existen las posibilidades de polimorfismo y no estequiometría.[6] Los dióxidos de titanio comercialmente importantes existen en tres estructuras distintas, por ejemplo. Muchos óxidos metálicos existen en varios estados no estequiométricos. También existen muchos óxidos moleculares con diversos ligandos.[7]
En aras de la simplicidad, la mayor parte de este artículo se centra en los óxidos binarios.
Nombres de los óxidos
Los óxidos se pueden nombrar según el número de átomos de oxígeno en el óxido, (nomenclatura sistemática), en caso de ser óxidos ácidos. Los óxidos que contienen solamente un oxígeno se llaman óxido o monóxido; los que contienen dos átomos de oxígeno, dióxido; tres, trióxido; cuatro, tetraóxido; y así sucesivamente siguiendo los prefijos numéricos griegos.[8]
También se pueden nombrar usando otras nomenclaturas
Nomenclatura Stock-Werner: donde se indica el número de oxidación del elemento oxidado, con números romanos (Se utiliza tanto para los óxidos básicos como para los óxidos ácidos).
= Óxido de nitrógeno (I)
Nomenclatura tradicional (se utiliza para óxidos básicos, no los óxidos ácidos)
= Anhídrido sulfuroso.
Hay otros dos tipos de óxido: peróxido[9] y superóxido. Ambos cuentan como óxidos pero tienen diversos estados de oxidación y reaccionan en diversas maneras con respecto a otros óxidos.
También es posible hablar de protóxido, que es una forma de llamar a los óxidos comunes (O trabajando con -2) cuando el elemento oxidado trabaja con su mínimo estado de oxidación.
Ejemplos:
= Peróxido de hidrógeno
Nomenclatura tradicional
La nomenclatura tradicional, empleada desde hace muchos años, propone el uso de distintos prefijos y sufijos; de esta manera, el sufijo -oso se utiliza para designar el óxido en el cual el metal se encuentra con menor número de oxidación, y el sufijo -ico, para el de mayor número de oxidación. Para algunos elementos, como el cloro, que poseen más de dos números de oxidación distintos (+1, +3, +5 y +7), se emplean los prefijos hipo- y per-.[10]
Ejemplo:
--> Óxido ferroso /
--> Óxido férrico /
--> Óxido hipocloroso /
--> Óxido cloroso /
--> Óxido clórico /
--> Óxido perclórico /
Nomenclatura por atomicidad
Según la atomicidad, se indica la cantidad de átomos de cada elemento que intervienen en la molécula.
Ejemplo:
--> Monóxido de Monohierro
--> Trióxido de dihierro
--> Monóxido de dicloro
--> Trióxido de dicloro
--> Pentóxido de dicloro
--> heptóxido de dicloro
Nomenclatura por numerales de stock
Según los numerales de stock, se coloca el número de oxidación del elemento que acompaña al oxígeno en números romanos encerrados entre paréntesis.
Óxidos binarios, formados por oxígeno y otro elemento.
Óxidos mixtos, formados por dos elementos distintos y oxígeno como son las espinelas.
Atendiendo al comportamiento químico hay tres tipos de óxidos: óxidos básicos, ácidos y óxidos anfóteros, aunque estos últimos no son muy comunes en la naturaleza.
Los óxidos básicos[11] se forman con un metal más oxígeno,[12] los óxidos de elementos menos electronegativos tienden a ser básicos. Se les llamaba también antiguamente anhídridos básicos; ya que al agregar agua, pueden formar hidróxidos básicos. Por ejemplo:
Los óxidos ácidos son los formados con un no metal + oxígeno,[13] los óxidos de elementos más electronegativos tienden a ser ácidos. Se les llamaban antiguamente también anhídridos ácidos (nomenclatura en desuso); ya que al agregar agua, forman oxácidos. Por ejemplo:
Los óxidos anfóteros se forman cuando participa en el compuesto un elemento anfótero. Los anfóteros son óxidos que pueden actuar como ácido o base según con quien reaccionen.[14] Su electronegatividad tiende a ser neutra y estable, tienen puntos de fusión bajos y diversos usos. Un ejemplo es óxido de aluminio ().
Algunos óxidos no demuestran comportamiento como ácido o base.
El pentaóxido de fósforo, la tercera excepción, no es representado correctamente por la fórmula química sino por ya que la molécula es un dímero.
Estructura
Los óxidos tienen una variedad de estructuras, desde moléculas individuales hasta estructuras poliméricas y cristalinas. En condiciones estándar, los óxidos pueden variar de sólidos a gases. Los óxidos sólidos de metales suelen tener estructuras poliméricas en condiciones ambientales.[17]
El monóxido de carbono es el producto de la combustión incompleta de combustibles a base de carbono y un precursor de muchas sustancias químicas útiles.
El dióxido de nitrógeno es un contaminante problemático de los motores de combustión interna.
La reducción del óxido metálico al metal se practica a gran escala en la producción de algunos metales. Muchos óxidos metálicos se convierten en metales simplemente calentándolos (véase Descomposición térmica). Por ejemplo, el óxido de plata se descompone en 200 °C:[19]
Sin embargo, la mayoría de las veces, los óxidos de metales se reducen mediante un reactivo químico. Un agente reductor común y económico es el carbono en forma de coque. El ejemplo más destacado es el de la fundición de mineral de hierro. Muchas reacciones están involucradas, pero la ecuación simplificada generalmente se muestra como:[5]
Debido a que los enlaces M-O suelen ser fuertes, los óxidos metálicos tienden a ser insolubles en solventes, aunque pueden ser atacados por ácidos y bases acuosos.[5]
La disolución de óxidos a menudo da oxianiones. Adición de base acuosa a P 4O 10 da varios fosfatos. Adición de base acuosa a MoO 3 da polioxometalatos. Los oxicationes son más raros, algunos ejemplos son nitrosonio (NO+ ), vanadilo (VO2+), y uranilo (UO2+ 2). Por supuesto, se conocen muchos compuestos con óxidos y otros grupos. En química orgánica, estos incluyen cetonas y muchos compuestos de carbonilo relacionados. Para los metales de transición, se conocen muchos complejos oxo así como oxohaluro.[5]
↑Herbert W. Roesky, Ionel Haiduc, and Narayan S. Hosmane (2003). «Organometallic Oxides of Main Group and Transition Elements Downsizing Inorganic Solids to Small Molecular Fragments». Chem. Rev.103 (7): 2579-2596. PMID12848580. doi:10.1021/cr020376q.
↑Cabrerizo, Dulce María Andrés; Bozal, Juan Luis Antón; Pérez, Javier Barrio (2008). Física y Química 4 ESO. Editex. ISBN9788497713214. Consultado el 10 de noviembre de 2017.
↑Candás, Alicia; Fernández, Diego; Gordillo, Gabriel; Rubinstein, Jorge; Tignanelli, Horacio; Wolf, Esther (2000). Física y Química: propiedades y transformaciones de la materia y de la energía. Estrada. ISBN950-01-0791-0.
↑Fully Exploiting the Potential of the Periodic Table through Pattern Recognition Schultz, Emeric. J. Chem. Educ. 2005 82 1649.
↑P.A. Cox (2010). Transition Metal Oxides. An Introduction to Their Electronic Structure and Properties. Oxford University Press. ISBN9780199588947.
↑Gong, Yu; Zhou, Mingfei; Kaupp, Martin; Riedel, Sebastian (2009). «Formation and Characterization of the Iridium Tetroxide Molecule with Iridium in the Oxidation State +VIII». Angewandte Chemie International Edition48 (42): 7879-7883. PMID19593837. doi:10.1002/anie.200902733.
↑Cornell, R. M.; Schwertmann, U. (2003). The Iron Oxides: Structure, Properties, Reactions, Occurrences and Uses, Second Edition. p. 323. ISBN9783527302741. doi:10.1002/3527602097.