Badis ben Habús (en árabe: باديس بن حبوس Bādīs bin Ḥabūs) fue el tercer rey de la taifa de Granada al ocupar el trono entre 1038 y 1073.
Miembro de la dinastía bereber de los ziríes, sucedió en el trono de la taifa granadina a su padre Habús ben Maksan aunque para ello tuvo que hacer frente a una conjura de una parte de la corte granadina que apoyaba como sucesor a su primo Yaddair ben Hubasa. Sin embargo, la conjura fracasó gracias a su visir, el judío Samuel ben Nagrela, quien con ello vio reforzada su posición en el reino.
En 1038, a raíz del enfrentamiento con el rey taifa de Almería, Zuhair, se hizo con parte del territorio de la taifa almeriense y, al año siguiente, logró frenar las ansias expansionistas del rey taifa de Sevilla, Abú ul-Qásim al derrotarle en Écija en coalición con las taifas de Málaga y Badajoz.
En 1057 conquistó la taifa de Málaga anexionándola a su reino y colocando a su hijo primogénito, Buluggin ben Badis como gobernador, quien sin embargo no llegaría a suceder a su padre al frente de la taifa granadina ya que murió envenenado en 1064, al parecer por orden de José ben Nagrela quien había sucedido a su padre Samuel como visir. La muerte del primogénito colocó a su segundo hijo Maksan ben Badis como heredero al trono, pero nuevamente las intrigas del visir José ben Nagrela hicieron que Maksan fuera desterrado a Jaén, donde se declaró independiente.
José siguió conspirando contra Badis ben Habús y, en 1066, llegó a un acuerdo con el rey taifa de Almería, Muhammad ben Ma’n al-Mu’tasim para que este se hiciera con la capital del reino, Granada. La conspiración llegó a oídos del pueblo, que se levantó asesinando al visir José y a la mayor parte de población judía de la ciudad (véase Masacre de Granada de 1066).
Tras la muerte del visir José, el cargo fue ocupado por el árabeAl-Naya y, tras el asesinato de este, por el mozárabeAbú-l-Rabí, quien maniobró con éxito para que Badis ben Habús no nombrara sucesor a su hijo Maksan, que ya había perdido Jaén a manos de los sevillanos y que se encontraba refugiado en la taifa de Toledo, sino a su nieto Abd Allah ben Buluggin, quien finalmente sucedió a Badis cuando este falleció en 1073.[1]