El término municipal, uno de los más extensos de la comarca, incluye un conglomerado de diferentes pueblos, masías aisladas y vecindarios diversos. Bellver es el principal núcleo de la subcomarca de la Batllia, situada al sudoeste de la Cerdaña, y que también incluye los municipios de Prulláns y Riu. Esta porción sureña de la comarca también es llamada por sus habitantes Pequeña Cerdaña. El municipio está vinculado geográfica e históricamente con Puigcerdá, capital de la comarca, con la Seo de Urgel y con Ripoll y Vich, más allá de la Collada de Tosas.
Toponimia
En el censo de 1841 el nombre del municipio habría aparecido como Bellvel, entre 1857 y 1950 como Bellver, entre 1960 y 1981 como Bellver de Cerdaña y a partir de este último año como Bellver de Cerdanya.[4][4] En el Diccionario de topónimos españoles y sus gentilicios de Pancracio Celdrán figuran los dos últimos topónimos mencionados.[3]
En este municipio, en la zona norte, se encuentra el pueblo más frío de España, cuyo nombre es Talltendre, a una altitud similar a la de Ordèn - el pueblo de un poco más abajo -, rondando los 1700 m y con una precipitación de 942 mm y una media anual de temperatura de 5'2 °C.
En el pueblo de Bellver de Cerdaña:
-Mes más cálido(julio): 18'8 °C
-Mes más frío(enero): -0'6 °C
-Media anual: 9'1 °C
-Precipitación anual: 786 mm.
Estas informaciones son exclusivamente del pueblo (1060 m), ya que al ascender hacia el norte también se asciende en altura y en precipitación, y las temperaturas bajan drásticamente al superar la barrera de los 1800 m.
Demografía
Gráfica de evolución demográfica de Talltendre[5] entre 1842 y 1960
Población de derecho según los censos de población del INEPoblación de hecho según los censos de población del INEEn este censo se denominaba Talltendre y Orden: 1842 Entre el censo de 1970 y el anterior, este municipio desaparece porque se integra en el municipio 25051 (Bellver de Cerdaña)[6]
Cuenta con una población de 2260 habitantes (INE 2024).
Gráfica de evolución demográfica de Bellver de Cerdanya[7] entre 1842 y 2021
Población de derecho según los censos de población del INEPoblación de hecho según los censos de población del INEEn estos censos se denominaba Bellvel: 1842 En estos censos se denominaba Bellver: 1857, 1860, 1877, 1887, 1897, 1900, 1910, 1920, 1930, 1940 y 1950 En estos censos se denominaba Bellver de Cerdaña: 1960, 1970 y 1981 Entre el censo de 1970 y el anterior, crece el término del municipio porque incorpora a 25536 (Ellar), 25582 (Telltendre) Entre el censo de 1981 y el anterior, crece el término del municipio porque incorpora a 25187 (Riu) Entre el censo de 2001 y el anterior, disminuye el término del municipio porque independiza a 25913 (Riu de Cerdanya)[8]
Lugares de interés
En 1980, se incoó expediente para la declaración como monumento histórico-artístico de la iglesia románica de Bellver.[9]
Una de las primeras muestras de la presencia humana en este término corresponde a las pinturas rupestres prehistóricas del Abrigo de la Vall d´Ingla, descubiertas en agosto de 1983 por Jordi Comas y Joan Pallarès, miembros de la Federació Catalana de Espelelogia. Agrupadas en diversos paneless corresponden a formas abstractas (puntos, barras, máculas..), de carácter gestual, pertenecientes al conocido como Arte esquemático (6.500-3.500 años antes del presente), expresiones creenciales de los grupos neolíticos, presentes también en Cogul, Vall de la Coma (Albi), Aparets (Artesa de Segre), etc . Están declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1998, aunque tanto este santuario de la comarca de la Cerdaña como el 88,45 % de los que se reparten por los territorios de Lérida, carecen de algún tipo de protección, lo que representa un constante peligro para su salvaguarda.[10]
Historia
El pueblo fue fundado en 1225 por Nuño Sánchez, conde de Cerdaña y el Rosselló, sobre el pico (puig) Bello Vedere, junto al río Segre. El pueblo rápidamente creció con empuje, convirtiéndose en el principal centro de la subveguería del Baridá. En 1277, Jaime II ordenó levantar murallas en el enclave, punto de partida de la villa. Su ubicación era estratégica, en el limes entre el condado de Cerdaña y el condado de Urgell, al lado del Camino Real que unía la Seu y Puigcerdá y más allá el Pla de Lérida con el Rosselló y el Condado de Foix. De aquella época, perdura la iglesia gótica de Sant Jaume, patrón de la villa, la torre de la prisión del Portal y un barrio antiguo (siglo XVI-XVIII), destacando la plaza Mayor porticada y su entorno urbanístico. La bailía de B. y subveguería del Baridá quedaron bajo el dominio de la familia Torrelles, de los siglos XIV-XVIII. Tierra fronteriza, las batallas contra los franceses abundaron a lo largo de los siglos. Fue, a menudo, ocupada entre los S.XV-XVIII. La Cerdaña, como toda la Cataluña-Nord, era codiciada por los reyes de Francia, los Borbones y las incursiones fueron frecuentes. De esta época, subsiste la actual muralla: buen ejemplo de arquitectura militar francesa. Los planos de la muralla se encuentran en París.
También fueron reseñables los duelos entre nyerros y cadells, a lo largo del S.XVI y comienzos del XVII. El pueblo era cadell, y cerca de Beders aún puede verse una casa de pagès que lleva por nombre La Torre de Cadell. En 1665 estalló el polvorín del castillo, y la fortificación fue destruida.[11]
La brujita de la Cerdaña
Aldonça Rossa,[12] natural del pueblo, fue una chica valiente y decidida, de comienzos del S.XVII. Desde temprana edad, su padre la enviaba a comprar y vender productos para traer algunas monedas a casa. En uno de estos recados, mientras se dirigía a Puigcerdà para vender una gallina y semillas (llavors) de cáñamo. A mitad del camino, se encontró con una misteriosa mujer, que se presentó como la Bruixa Juanga, quien le dijo que era capaz de hacer pociones, invocar a seres mágicos y maldecía a quien le daba problemas. Era maga y ofreció iniciar a Aldonza, quien aceptó encantada, pues estaba encandilada, al suponer dejar atrás su vida triste y humilde para convertirse en una poderosa bruja como Juanga. Sólo había una condición: tenía que renegar de Dios y apostatar del catolicismo y entregarse (presuntamente) al maligno. Una vez iniciada, regresó a Bellver sin haber pasado por el mercado y “casualmente” volvió a encontrarse con otra mujer misteriosa mujer, curandera que decía curar las paperas y con el aprendizaje adquirido en aquel viaje, empezó a ejercer de curandera en Bellver, y tuvo un gran éxito, hasta que un vecino la denunció a la Inquisición. Fue interrogada en la Casa de la Vila, en la plaza Mayor y bajo tortura confesó ser bruja y dijo que sobrevolaba el estanque de Malniu en las noches con otras brujas y algún brujo. Fue obligada a desistir de ejercer como herbolaria, y a cambio salvó su vida, quedando al anonimato.
Referencias literarias
En el pueblo, ambientó Gustavo Adolfo Bécquer su leyenda La cruz del diablo, a partir de una antigua leyenda de la cuevas de Bellver. En la zarzuela La cruz del valle, de Antonio Reparaz, en la que colaboró Bécquer, hay una aproximación a las tradiciones populares de los alrededores.
↑Secretaría General Técnica, Ministerio de Administraciones Públicas (2008). Variaciones de los Municipios de España desde 1842 (1.ª edición). Madrid: Gobierno de España. Consultado el 7 de febrero de 2024.
↑Secretaría General Técnica, Ministerio de Administraciones Públicas (2008). Variaciones de los Municipios de España desde 1842 (1.ª edición). Madrid: Gobierno de España. Consultado el 6 de febrero de 2024.
Anna ALONSO TEJADA i Alexandre GRIMAL NAVARRO (2007): El Arte Rupestre del Cogul. Primeras Imágenes Humanas en Cataluña, Pagés Editores, Lérida. ISBN 978-84-9779-593-7.
Anna ALONSO i Alexandre GRIMAL (2001), "La pintura rupestre prehistórica", La Noguera Antiga. Des dels primers pobladors fins als visigots, Barcelona, pp. 96-115. ISBN 84-393-5599-8.