Las columnas basálticas (o columnata basáltica u órganos basálticos) son formaciones regulares de pilares más o menos verticales con muchas curvas, con forma de prismas poligonales (predominando los hexagonales), que se forman por fractura progresiva de la roca durante el enfriamiento relativamente lento de lavabasáltica en algunas coladas, en chimeneas volcánicas o en calderas que no llegan a desbordarse o vaciarse repentinamente, por lo que su enfriamiento sucede in situ. Estas grietas son un caso especial de diaclasado denominado disyunción columnar. Además de en basaltos, se puede formar también disyunción columnar, aunque de manera menos frecuente, sobre otras rocas volcánicas procedentes del enfriamiento de lavas de diferente composición química, como andesitas,[1] dacitas[2] y riolitas.[3]
Geología
El basalto es el tipo de roca magmática de ocurrencia más frecuente. El 64,7% de las rocas que conforman la corteza terrestre son ígneas y de este porcentaje, los basaltos y gabros representan el 42,5%. El magma basáltico correspondiente desempeña además un papel esencial en la formación de otros tipos de roca.[4]
La formación de estas columnas se produce porque la lava basáltica, al enfriarse, se solidifica, pero disminuyendo su volumen, de modo que se cuartea en forma de prismas de distintos tipos (generalmente hexagonales), formando unos conjuntos característicos en muchos relieves volcánicos. El tamaño de las columnas viene determinado por la velocidad de enfriamiento, siendo las más grandes producto de tiempos de enfriamiento más largos. Aunque la mayoría de las columnas basálticas son prismas hexagonales, pueden encontrarse formas prismáticas de cuatro a ocho lados.[5][6]
También se puede producir disyunción columnar en diques intrusivos de tipo sill, como puede verse nítidamente en varios lugares de la isla de La Palma. En la gruta de Fingal se pueden ver las columnatas basálticas de una colada de lava intercalada entre otras dos coladas volcánicas que se produjeron en épocas diferentes y cuyas características distintas ayudaron a mantener sepultada a la lava mucho más caliente y líquida por lo que su enfriamiento fue muy lento, lo cual determinó que se produjeran estas columnas volcánicas.
Piedra de la Rosa, isla de Tenerife, provincia de Santa Cruz de Tenerife, situada en el kilómetro 22,4 de la Carretera TF-21 (dirección La Orotava-Teide). Bloques geométricos en disyunción columnar radial de basalto forman una curiosa «flor de piedra».
La Rapadura, en la isla de Tenerife, en el Paisaje protegido Costa de Acentejo, en el Norte de Tenerife, en el municipio de Santa Ursula.[7]
↑Matthes, Siegfried (1996) [1983]. Mineralogie. Eine Einführung in die spezielle Mineralogie, Petrologie und Lagerstättenkunde [Mineralogía. Una introducción a la mineralogía especial, la petrología y la prospección de yacimientos.] (en alemán) (5ª edición). Berlín- Heidelberg: Springer. pp. 181-184 y 243. ISBN3-540-0440-3|isbn= incorrecto (ayuda).
↑Weaire, D. y Rivier, N. (1984). «Soap, cells and statistics: random patterns in two dimensions». Contemporary Physics(en inglés)25 (1): 59-99. doi:10.1080/00107518408210979.
↑«Una catedral de roca en el lecho oceánico de las Islas Canarias». National Geographic, mayo de 2012