Fue el segundo monarca absoluto de Dinamarca y Noruega, un déspota con una exagerada opinión de su dignidad real y sus prerrogativas. Limitó el poder de la nobleza, aliándose con la burguesía. Intentó recuperar los territorios perdidos ante Suecia después del Tratado de Roskilde de 1658, involucrándose en una guerra que solo arruinó las finanzas públicas.
En 1670, murió Federico III y de acuerdo a la Ley Real de 1665, Cristián se convirtió, por herencia, en el segundo monarca absoluto de Dinamarca y Noruega. Como había ascendido al trono únicamente por herencia y no por elección, no fue coronado, sino solo ungido, en la iglesia del castillo de Frederiksborg, el 9 de febrero de 1670.
Uno de sus primeros actos fue introducir en la corte, en 1671, a su amante de dieciséis años, Sophie Amalie Moth, un hecho que insultó a la reina. Amalia era la hija de Poul Moth, un maestro de Cristián, y fue la amante oficial del rey. Ella fue convertida en condesa de Samsø el 31 de diciembre de 1677, y viviría en las inmediaciones del palacio de Copenhague.
Su gran ánimo personal y extrema afabilidad lo hicieron muy popular entre la gente, quizás en parte debido a su política de colocar a plebeyos daneses en cargos públicos, una medida para limitar la influencia de la nobleza. Para justificar el nombramiento de plebeyos, otorgó entre estos los títulos de barón y de conde.
Bajo la guía de su gran canciller, Peder Griffenfeldt, Dinamarca vivió un breve período de oportunidades para recuperar su vieja posición de gran poder en la región. Pero presionado por los recelos de sus adversarios, Cristián destituyó al canciller, sacrificando así el brillante liderazgo de Griffenfeldt. Irónicamente, al hacer esto Cristián produjo un gran daño al prestigio de la monarquía. Los recursos del Estado fueron dilapidados en la infructuosa guerra contra Suecia de 1675 a 1679, conocida como la guerra Escanesa, en Escania, antigua provincia de Dinamarca que los daneses pretendían recuperar y que habían perdido en favor de Suecia en el tratado de Roskilde. También pretendió reincorporar el ducado de Holstein-Gottorp —aliado de Suecia— a la soberanía danesa, pero al final de la guerra, por la mediación de Francia, el ducado fue reconocido como independiente de Dinamarca.
Durante los veinte años de paz posteriores al fin de la guerra, se realizó muy poco para el progreso interno del reino. Sin embargo, algunos aspectos positivos de su reinado deben ser mencionados. Uno de ellos fue la creación de la Ley Danesa (Danske Lov) en 1683 que fue el primer código de ley generalizado para toda Dinamarca. También fue formulada la Ley Noruega (Norske Lov) de 1687, similar a la danesa. Otra importante obra fue la introducción del registro de tierras de 1688 con el cual se trató de fijar el valor unificado de las tierras de la monarquía para crear una tasación más justa. También la ciencia tuvo una época de oro por el trabajo del astrónomo Ole Rømer, a pesar del poco interés del rey por la cultura y la ciencia. En el terreno de las artes el escultor francés Abraham César Lamoureux fue contratado como escultor de la corte, realizando la estatua ecuestre del rey.
Cristián V murió por las consecuencias de las heridas de un accidente que le sucedió cuando estaba de cacería. Fue enterrado en la catedral de Roskilde.
Matrimonios y descendencia
Cristián tuvo siete hijos con su esposa, la reina Carlota Amalia:
Federico IV (1671-1730): sucedió a su padre como rey de Dinamarca y Noruega.