Cuerpo extraño en el oído
Un cuerpo extraño en el oído es un cuerpo extraño en el canal auditivo externo.[2]Los síntomas pueden variar desde no tener dolor alguno hasta secreción en el oído.[1]La audición puede disminuir.[1]Las complicaciones pueden incluir sangrado (hemorragia) o rotura de la piel.[1] Los objetos que se encuentran en el oído pueden incluir perlas, hisopos de algodón, papel, arena, insectos y baterías en forma de botón.[4][3] Los cuerpos extraños generalmente quedan atrapados en el estrechamiento entre el cartílago del pabellón auricular y los huesos del cráneo.[2] El diagnóstico generalmente se realiza mediante el examen de oído con un otoscopio.[1] Se puede colocar un líquido de lidocaína calentado al 1 o 2% en el oído para ayudar a adormecerlo antes de intentar extraer el objeto extraño.[1][2] También se puede utilizar sedación durante el procedimiento para facilitar el procedimiento.[1] Se pueden utilizar varias técnicas para la extracción en sí, incluidas la succión, irrigación y el uso de fórceps.[1][4] Se pueden utilizar gotas antibióticas para los oídos si hay signos de rotura de la piel.[2] Las complicaciones de un intento de extracción pueden incluir la perforación del tímpano.[1] Los cuerpos extraños en el oído suceden de manera frecuente.[3]Se presentan más a menudo en niños y son el tipo más común de cuerpo extraño en este grupo de edad.[5][3] Se encuentran descripciones de cuerpos extraños en el oído en la literatura antigua, incluidos los escritos de Hipócrates alrededor del año 400 a.c.[6] Referencias
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