La diócesis tiene 2080 km² y extiende su jurisdicción sobre los fieles católicos de rito latino residentes en parte de la región de Lombardía, comprendiendo:
En 2021 en la diócesis existían 168 parroquias agrupadas en 1 arciprestazgo urbano y 6 rurales: Santa Famiglia di Nazareth, San Carlo, San Luigi, San Pio X, Santo'Anselmo y Madonna della Comuna. Todos los arciprestazgos están organizados en unidades pastorales, constituidos por un mínimo de 2 y un máximo de 10 parroquias.
Historia
La tradición establece el nacimiento de la diócesis de Mantua al 804,[1] después de una visita del papaLeón III a la ciudad, erigiendo la diócesis a partir del territorio de la diócesis de Verona. A pesar de que la primera prueba documental de la presencia de la diócesis es del siglo IX, se han presentado hipótesis según las cuales la fundación podría haber tenido lugar verso el 760 o incluso el siglo VII.[nota 1] Otras hipótesis sostienen que la diócesis habría existido antes de la llegada de los lombardos, y la destrucción de la ciudad habría comportado la supresión de la diócesis, que habría estado de nuevo erigida a inicios del siglo IX. Una confirmación parcial de esta hipótesis es que al 827 tuvo lugar en Mantua un importante concilio con el fin de poner fin al conflicto entre los patriarcados de Aquileia y de Grado: este concilio no se habría celebrado allí si Mantua no hubiera disfrutado de un antiguo prestigio y tradición en la Iglesia.[nota 2]
Un diploma del emperador Conrado II del año 1037 contiene la lista más antigua de parroquias pertenecientes al obispo de Mantua, con un total de 35.
Aunque los obispos de Mantua nunca tuvieron un verdadero señorío, ejercieron algunos derechos temporales (poderes puros y mixtos), especialmente sobre algunos castillos del Oltrepò. A partir del siglo XIV los obispos ostentaron el título de príncipe del Sacro Imperio Romano Germánico y, a pesar de la oposición de los emperadores, continuaron utilizando el título hasta finales del siglo XVIII.
Entre 1466 y 1566, durante un siglo, la sede episcopal fue prerrogativa de la Familia Gonzaga, primero marqueses y luego duques de Mantua. Durante este periodo, seis miembros de la familia ocuparían la sede.
A inicios del XVII el episcopado de Francesco Gonzaga fue especialmente notable, fundando el seminario diocesano y consagrando la catedral. En varias ocasiones se ha iniciado su proceso de beatificación, dada su gran caridad.
En 1803 el concordadonapoleónico preveía el paso de Mantua a la provincia eclesiástica de la arquidiócesis de Ferrara, disposición que quedó sin efecto.[1] En cambio, el 16 de febrero de 1820, mediante la bulaPaternae charitatis[1] del papa Pío VII, pasó a formar parte de la provincia eclesiástica de la arquidiócesis de Milán. Al mismo tiempo, las parroquias de la diócesis de Reggio, situadas al norte del río Po, fueron anexadas a la diócesis de Mantua.[2]
El 12 de septiembre de 1818 mediante la bula De salute Dominici gregis el papa Pío VII decretó la supresión de la abadía nullius de Asola; de sus diez parroquias, ocho fueron incorporadas a la diócesis de Mantua y dos a la de Brescia.[3][4]
En el difícil período de la Unificación de Italia, el obispo Pietro Rota no obtuvo el exequatur y por tanto nunca pudo tomar posesión de la diócesis y residir en el palacio episcopal. Durante un cierto tiempo también estuvo encarcelado y vio cerrado el seminario diocesano por las autoridades civiles. Fundó el periódico Il Vessillo Cattolico, que se publicó de 1872 a 1876.
Estadísticas
Según el Anuario Pontificio 2022 la diócesis tenía a fines de 2021 un total de 321 970 fieles bautizados.
↑ abcdefghijFedele Savio, Gli antichi vescovi d'Italia dalle origini al 1300. La Lombardia. Parte II. Vol. II: Cremona-Lodi-Mantua-Pavía, Bérgamo, 1932, pp. 245-316.
↑Per le chiese di cui si ignora il giorno della dedicazione.