Diócesis de Palencia
La diócesis de Palencia (en latín: Dioecesis Palentina) es una circunscripción eclesiástica de la Iglesia católica en España. Se trata de una diócesis latina, sufragánea de la archidiócesis de Burgos. Desde el 31 de octubre de 2024, su obispo es Mikel Garciandía Goñi. Territorio y organizaciónLa diócesis tiene 8052 km² y extiende su jurisdicción sobre los fieles católicos de rito latino residentes en la provincia de Palencia de la comunidad autónoma de Castilla y León. La sede de la diócesis se encuentra en la ciudad de Palencia, en donde se halla la Catedral de San Antolín. En 2021 en la diócesis existían 470 parroquias agrupadas en 7 arciprestazgos: Brezo, Camino de Santiago, Pisuerga Norte, Campos, Cerrato, Palencia y Valle.[1] HistoriaLa ciudad de Palencia recibe su nombre de la antigua Pallantia, una de las ciudades más importantes de la parte habitada por los vacceos. Después de algunas victorias en su defensa, contra los romanos, quedó sujeta por fin a su dominio a lo largo de cinco siglos. Palencia fue saqueada y destruida en el año 456 por el rey visigodo Teodorico. No se sabe si Palencia era sede episcopal antes de esta destrucción, pero, reedificada, brilló durante la monarquía visigoda. Muchos registros de los obispos desde finales del siglo VI hasta finales del siglo VII permanecen en las actas de once de los concilios de Toledo entre los años 589 y 693, entre ellos: Murila, Conancio, Ascario, Concordio y Baroaldo. En la antigüedad, la diócesis formó parte inicialmente de la provincia eclesiástica de la archidiócesis de Cartagena y luego, hacia finales del siglo VII, de la archidiócesis de Toledo. Destruida de nuevo en la invasión de los árabes, la diócesis fue suprimida y continuó por más de tres siglos de silencio, con obispos en el exilio, hasta que la ciudad fue reconquistada por los cristianos y la diócesis restaurada en 1035 por Sancho III el Mayor de Navarra y Bermudo III de León. A partir de ese momento, se ha sucedido una serie ininterrumpida de 96 obispos. Los límites geográficos establecidos por Sancho III el Mayor de Navarra para la diócesis de Palencia en 1034, estaban señalados por el río Cea hasta el río Duero, y el río Pisuerga hasta Peñafiel y Portillo. Pero en 1035 Bermudo III adelantó mucho la diócesis de León hacia el levante, mientras que la de Palencia se extendía más allá del Pisuerga. Sin embargo el 29 de diciembre de 1059 Fernando I hizo algunos reajustes fijando los límites hacia el este y el oeste. Durante los siglos XIV, XV y XVI la diócesis palentina fue una de las más poderosas del Reino de Castilla, como lo demuestra el hecho de que sus obispos eran consejeros de los reyes y pertenecían a las familias nobiliarias más encumbradas. Aprovechando ese momento de esplendor se erigió la catedral gótica de San Antolín. Entre 1208 y 1214 se fundó en Palencia la primera universidad española, que posteriormente fue incorporada a la Universidad de Salamanca durante el siglo XIII. La diócesis de Palencia tuvo desde su restauración una verdadera primacía conciliar, como lo demuestran los 17 concilios nacionales celebrados entre 1065 y 1403. El 13 de diciembre de 1584 se inauguró el seminario diocesano, que el 19 de agosto de 1769 fue trasladado a las instalaciones del suprimido Colegio de los Padres Jesuitas. En 1595 se erigió la diócesis de Valladolid (hoy archidiócesis de Valladolid) y se desmembraron de la de Palencia los arciprestazgos de Portillo, Simancas y Tordesillas. Durante el siglo XVII la diócesis pasó a ser sufragánea de la archidiócesis de Burgos.[2] El 17 de octubre de 1954[3] y el 22 de noviembre de 1955,[4] mediante los respectivos decretos Quum sollemnibus e Initis inter de la Congregación Consistorial, se revisaron los límites de la diócesis para hacerlos coincidir con los de la provincia civil, en aplicación del concordato entre el Santa Sede y Gobierno español en 1953. El territorio de la diócesis de Palencia ha sufrido cambios considerables, debido al traslado de 89 parroquias a la archidiócesis de Valladolid y otras tantas a la archidiócesis de Burgos y a las diócesis de Santander y León; y por la adquisición de 157 parroquias de la misma diócesis de León y otras 68 de la archidiócesis de Burgos. Primeros obispos
Observaciones dispersas, recogidas en el trabajo de Manuel Sotomayor y Muro, nos permiten identificar a "Conancio de Palencia" o "Conancio de Castilla" como uno de los grandes obispos hispano-visigodos del siglo VII, en una época el la que se consigue que la práctica litúrgica se realice de la mismo manera en todo el reino visigodo, produciéndose un movimiento de renovación religiosa y una extraordinaria creatividad musical. En el siglo VII los libros visigodos se enriquecen con nuevas piezas litúrgicas: misas, himnos, oraciones, etc., obra del saber y la inspiración de los obispos hispanos, entre los que se menciona a Conancio. La liturgia visigoda poseía elementos orientales, que la distinguían de la romana. Las oraciones públicas eran de tres clases: oración litánica, similar a las peticiones posteriores a la homilía de hoy en día; oración colectiva, con los brazos en cruz, hoy caída en desuso; y oración eucarística, la parte preparatoria del sacrificio de la eucaristía. Distintos libros litúrgicos se van creando para realizar mejor estas formas de oración. Aparecen así los cinco libros litúrgicos de rigor: el Libro de los Sacramentos o Libro de los Misterios, con las fórmulas para la eucaristía; el Liber comicus o Leccionario, con los textos del Antiguo o Nuevo Testamento que debían leerse en la misa; el Antifonario, con los cánticos que preceden, acompañan o siguen a la comunión; el Liber Ordinum, con las fórmulas para la administración de los sacramentos, y el Breviario, para la recitación de las horas canónicas. La riqueza de las misas era extraordinaria, existiendo una para cada domingo, cada feria, cada festividad y cada mártir, varias misas del común y cincuenta y ocho misas votivas. Conancio fue el creador de una tradición musical palentina, componiendo novedosas melodías que dejaron huella en la época: Nam melodías soni multas noviter edidit. Treinta años después, Ildefonso de Toledo sigue la senda musical de Conancio, en su faceta de compositor de himnos que constituían nuevas formas literarias y musicales. Aún figura Conancio "de Castilla" entre los compositores que participaron en la creación del Antifonario de León, obra realizada en común por religiosos, entre los que destacan muchas de las grandes figuras visigodas como San Eugenio, San Ildefonso, San Julián y San Braulio. De la importancia de Conancio nos da también idea el hecho de que San Fructuoso de Braga —la gran figura del monacato visigodo en el siglo VII— abandona sus posesiones de El Bierzo para ir a Palencia, donde se puso bajo la dirección del "gran obispo" y estudia para clérigo.
EstadísticasSegún el Anuario Pontificio 2022 la diócesis tenía a fines de 2021 un total de 141 082 fieles bautizados.
Además, según estadísticas oficiales, durante el curso 2017-2018, estudiaron 2 seminaristas en el Seminario mayor diocesano.[6] EpiscopologioEn la actualidad ocupa la sede episcopal palentina Manuel Herrero Fernández. Fue designado obispo de Palencia por el papa Francisco el 26 de abril de 2016. Su consagración episcopal tuvo lugar el día 18 de junio de 2016 en la catedral de Palencia.[7] El día 31 de octubre de 2023 Mikel Garciandía fue nombrado nuevo obispo de Palencia.[8] En la fecha del nombramiento todavía no hay día previsto para su ordenación y toma de posesión. Santos y beatos de la diócesis
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
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