En la última ocasión en que ocupó la cartera de Asuntos Exteriores —entre enero y julio de 1940 cuando la guerra ya había estallado en Europa— se opuso a que Japón formalizara una alianza con la potencias del Eje, la Alemania nazi y la Italia fascista —que finalmente se sellaría en septiembre, tras su salida del ministerio, con el nombre de Pacto Tripartito—, en lo que encontró el apoyo del primer ministro, el almirante Yonai. Asimismo se esforzó en mejorar las relaciones con Estados Unidos y con Gran Bretaña, pero al mismo tiempo defendió el establecimiento de un "nuevo orden" en Asia Oriental, para asegurar a Japón las materias primas y las fuentes de energía que necesitaba, lo que condujo al enfrentamiento con las potencias occidentales que tenían posesiones en la región —Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y Holanda—.[1]