Ilusión de transparenciaLa ilusión de transparencia es un sesgo cognitivo en el cual las personas tienden a sobreestimar el grado en que los demás conocen su estado mental personal.[1][2][3] Otra manifestación de la ilusión de transparencia, a veces llamada ilusión de transparencia del observador, es la tendencia de las personas a sobreestimar qué tan bien comprenden los estados mentales personales de los demás.[4][5] EvidenciaSe han realizado varios estudios sobre la presencia de este sesgo en algunas personas. Generalmente, se expone a los individuos a un estímulo frente a un observador y se les solicita que oculten la emoción que les provoca para ser analizada posteriormente.[2][3][6][7][8]Algunos de estos estudios evidencian que las personas piensan que muchos de sus sentimientos son más evidentes para los demás. También las personas que tienden a decir mentiras sobrevaloran la capacidad de otros para detectar estos engaños.[4][5][8] Algunos estudios sugieren que este sesgo influye en los oradores públicos. El orador puede sentir que sus emociones son evidentes para su audiencia, sin embargo, al consultar a la audiencia las emociones del orador no parecieron ser tan claras.[2][5] ExplicaciónAlgunos autores atribuyen este sesgo a que las personas tienden a anclarse en sus propias emociones cuando intentan adoptar el punto de vista de otro individuo, pensando que estas son muy obvias y sobreestimando la capacidad de los demás de comprender su estado emocional.[3][4] La presencia de este sesgo también puede estar relacionado con las expresiones faciales y la creencia de que esta son fácilmente comprensibles. Aunque algunas de las emociones se pueden reconocer por las expresiones en el rostro, estas no son siempre evidentes o interpretadas de forma adecuada. Un determinado gesto, como una sonrisa, no implica necesariamente que se corresponda con un estado de ánimo, puede ser usado solo como un gesto social o tener un significado contrario.[5] Su aparición es frecuente cuando la persona se encuentra sometida a la exposición de otros individuos y puede estar en parte influenciada por efecto espectador y otros sesgos cognitivos.[3][4] En el caso de oradores, la ansiedad generada por hablar en público puedo ocasionar estrés y esta persona influenciada por la ilusión de transparencia pensará que sus emociones son evidentes. Esta percepción provoca que se trate de compensar generando más estrés y un ciclo de retroalimentación.[2] ImplicacionesLa presencia de este sesgo influye en la forma de interactuar con otros individuos. Las personas que creen que sus emociones son conocidas por los que lo rodean tenderán a sentirse ansiosos, estresados y presentar problemas para comunicarse.[3][5]Asimismo, la ilusión de transparencia influye en el aumento de la ansiedad en los oradores, por lo que una autopercepción de este sesgo puede mejorar el desenvolvimiento del hablante.[2][5] Véase tambiénReferencias
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