Ana Ozores se casa con el antiguo Regente de la Audiencia de Vetusta, Víctor Quintanar, hombre bondadoso pero maniático y mucho mayor que ella. Viéndose sentimentalmente abandonada, Ana empieza a ser cortejada por el donjuán provinciano Álvaro Mesía. El canónigo magistral D. Fermín de Pas (su confesor) se cierne desde el campanario de la catedral como un ave de rapiña acechante.
Gonzalo Suárez no parecía por su cine experimental el director más idóneo ni Emma Penella por su edad la actriz adecuada, sin embargo, la película tuvo éxito y cosechó excelentes críticas.
Penella no regresaría al cine hasta once años después. La repentina muerte de su madre retrasó un día el comienzo del rodaje y obligó a que el papel reservado a su hermana Terele Pávez recayera en Charo López, que por su labor recibió el premio del Sindicato Nacional del Espectáculo.