Manuel García de Santiago (Sevilla, 17 de abril de 1710[1]-Sevilla, 19 de septiembre de 1802[2]) fue un arquitecto de retablos y escultor español del Barroco tardío.[3] Fue uno de los escultores más reconocidos y solicitados de la ciudad en su tiempo.[4] Aprendió el oficio en el taller de su padre, Bartolomé García de Santiago.[5]
Fue bautizado el 29 de abril de 1710 en la Iglesia de la Magdalena como Manuel Francisco Esteban.[1] Su padre fue el imaginero y retablista Bartolomé García de Santiago y su madre Inés María Rodríguez de Castilla.[8] Manuel fue el segundo de, al menos, seis hermanos.[8]
Manuel comenzó a trabajar ayudando a su padre y a José Fernando de Medinilla,[9] con el cual su padre trabajó en multitud de ocasiones.[10]
En 1731 se casó con María de Algara.[11] Tras contraer matrimonio, se trasladó a vivir a la collación de San Roque.[12] En 1734 tuvieron como hijo a Juan Bartolomé, bautizado en la Iglesia de San Roque, en 1737 a Manuela y en 1739 a Felipa.[13] Posteriormente, debieron tener otros hijos, aunque solo hay constancia de otro más llamado Bartolomé.[14]
En 1761 se trasladó a vivir a la collación de San Román.[15] Su esposa enfermó y falleció en 1770.[16] En 1788 se trasladó a vivir en la collación de Santiago el Mayor.[16]
Consta que estuvo entre los artistas más valorados de la ciudad, junto a Cayetano de Acosta,[9] llegando a cobrar prácticamente el doble que Cristóbal Ramos por sus encargos.[17] En 1793 se le llegó a considerar el mejor artista de la ciudad, cuando le encomendaron hacer las imágenes para el retablo mayor de estuco de la Iglesia de Omnium Sanctorum.[17]
Al final de su vida, abandonará prácticamente la elaboración de retablos para centrarse en la imaginería.[17]
Hacia 1750. Santas Justa y Rufina. Capilla de Santiago de la Catedral de Sevilla. Desaparecidas.[19]
1756. Simón de Cirene y andas procesionales para la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad. Olivares. La escultura de Simón de Cirene se conserva en la casa hermandad. Las andas procesionales han desaparecido.[20]
1749. Retablo mayor de la iglesia del Convento de Nuestra Señora de Loreto. Espartinas. La obra fue promovida por el anterior lector y guardián del convento, Francisco de San Buenaventura, que entonces era obispo de Cuba, Florida, Yucatán y Guadalajara, y lo hizo a través del presbítero Bartolomé Marín, de Villanueva del Ariscal.[31]
1751. Restauración del retablo de la Virgen del Pilar. Capilla de Nuestra Señora del Pilar de la Catedral de Sevilla.[32]
1752. Restauración del retablo de la Inmaculada Concepción. Capilla de la Inmaculada Concepción de la Catedral de Sevilla.[33]
1752. Retablo de San Hermenegildo. Capilla de San Hermenegildo de la Catedral de Sevilla.[33] Se comprometió a realizarlo por 18.000 reales. Curiosamente, está presidido por una talla del santo titular de la capilla que es obra de su padre Bartolomé García de Santiago. Según las cláusulas pactadas, la composición debía tener 14 varas de altura, estar realizada en pino de Flandes de la mejor calidad y el plazo de entrega se establecía en 11 meses.[34]
Silva Fernández, Juan Antonio (2012). La familia García de Santiago: una saga de imagineros y arquitectos de retablos en la Sevilla del Siglo de las Luces. Sevilla: Diputación de Sevilla. Servicio de Archivo y Publicaciones.