Viola tuvo una educación
autodidacta, pese a que comenzó estudios universitarios de Filosofía y Letras en Barcelona, que se vieron truncados con el inicio de la guerra civil. De estos años datan sus primeros dibujos y sus inicios en el terreno de la literatura y el arte, pues es cofundador en Lérida de la revista surrealista Art.
Junto a firmas como Lorca,
J. V. Foix,
Alberti o
Cocteau, Viola publicó poemas de claro ascendiente superrealista: "el vino tinto del aire se riza/ en un desnudo esqueleto de caballo"[1]
En 1936 formó parte en Barcelona del grupo ADLAN (Amigos de las Artes Nuevas) y en mayo del mismo año redactó junto al crítico de arte Magí Albert Cassanyes el manifiesto de la Exposición Lógicofobista.[2] Viola relacionaba la exposición con el surrealismo, y señalaba que este movimiento era una especie de subconjunto del logicofobismo. A su juicio, la poesía era el portal que conduciría a los artistas a una nueva forma de conocimiento.[3]
El año 1958 marca el inicio de su estilo personal, a la vez que se integra en el grupo pictórico de vanguardia El Paso que formaban entre otros el pintor Antonio Saura y el escultor Pablo Serrano, ambos aragoneses. Comienza a desarrollar una pintura abstracta de carácter expresionista y gran preocupación por el color. Hasta entonces primó en su quehacer las referencias figurativas y la alusión al paisaje, como muestra su obra Pelea de gallos.
Sin embargo, desde su adscripción al grupo El Paso a finales de los años cincuenta, su pintura opera a partir de enérgicas formas visuales generadas a partir de una masa central. Trabaja fundamentalmente los aspectos cromáticos y lumínicos desde la geometrización abstracta y sin dejar de lado el trabajo en las texturas y un vago carácter cósmico. Su paleta y maneras recuerdan, en todo caso, a la
pintura barroca española, el gran referente cultural y artístico de sus cuadros.
En los primeros años de su cambio de estilo de 1958 su pintura prescinde del color, y trabaja básicamente a partir de blancos y negros, con una amplia gama intermedia de grises y alguna
tierra de gran efecto. Más tarde evolucionará hacia una gama mucho más amplia donde dominan los
colores cálidos y el contraste con pinceladas de tonos verdes y azulados.
En 1972 regresó a Lérida donde presentó su primera exposición en la Sala Gosè del Colegio de Arquitectos de la ciudad tras años de ausencia y después en la Lonja de Zaragoza. El mismo año también expuso en Sala Gaudí Barcelona,[4] que hoy posee una parte de su obra.[5] En 1983 realizó una segunda exposición en la Galería Alfós, con 45 piezas elegidas por él mismo donde se incluía una pintura clave en su obra: "Ventana hacia la muerte". Entre sus muestras antológicas, cabe destacar la que ofreció en Madrid el Museo de Arte Contemporáneo.
Murió tras padecer desde hacía tiempo un cáncer de pulmón el 8 de marzo de 1987 en El Escorial, donde residía desde 1961.[1] Fue enterrado en el cementerio de esta localidad.