María Ana de Austria (1738-1789)

María Ana de Austria
Información personal
Nacimiento	6 de octubre de 1738 ; Viena (Monarquía Habsburgo)
Fallecimiento	19 de noviembre de 1789 ; Klagenfurt (Austria)
Sepultura	Cripta Imperial de Viena
Religión	Iglesia católica
Familia
Familia	Casa de Habsburgo-Lorena
Padres	Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico ; María Teresa I de Austria
Información profesional
Ocupación	Monja y aristócrata
Años activa	1753-1789
Cargos ocupados	Abadesa
Distinciones	Orden de la Cruz Estrellada ;
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María Ana de Habsburgo-Lorena (Viena, Austria; 6 de octubre de 1738 - Klagenfurt; 18 de octubre de 1789) fue archiduquesa de Austria, segunda hija de María Teresa de Austria y del Emperador Francisco I.

María Ana era descrita como la favorita de su padre, ya que compartía su interés por la ciencia. Completó la colección de monedas de su padre, escribió un libro sobre la política de su madre, los experimentos llevados a cabo dentro de la química y la física, exhumaciones arqueológicas, artísticas y científicas. Incluso practicó el grabado al aguafuerte; el Museo Británico posee ejemplos de ello [1]. Su mentor fue Ignaz von Born.

Primeros años

María Ana nació en el Palacio Imperial de Hofburg en Viena, el centro de la inmensamente poderosa monarquía de los Habsburgo. Fue la segunda en la línea de sucesión; sus padres tuvieron dieciséis hijos, si bien sólo diez llegaron a la edad adulta. Entre sus hermanas se contaba la futura reina de Francia María Antonieta.

Ella fue la presunta heredera de las tierras hereditarias de los Habsburgo de Austria entre 1740 y 1741 hasta el nacimiento de su hermano José, quien sería más tarde José II de Habsburgo. Era conocida como "Mariana".

María Ana era inteligente, pero nació atrofiada y enfermiza, sufría constantemente de mala salud y tenía una disfunción en la columna vertebral, lo que la llevó a tener un bulto en la espalda. En 1757, contrajo neumonía, que dañó permanentemente su capacidad respiratoria. Sus discapacidades físicas hacían difícil cualquier tentativa de comprometerla en un buen matrimonio. Para una mujer de esa época era de suma importancia dejar descendencia y su delicada salud y problemas físicos no servían como garantía.

Vida eclesiástica

María Teresa, consciente de que tenía más hijos para disponer de ellos para sus fines políticos, no desesperó, ya que consideraba muy importante la carrera eclesiástica para cualquier miembro de su familia. Fue así como María Ana y sus hermanos María Isabel y Maximiliano Francisco, fueron entregados a la educación eclesiástica.

Ambas hermanas ingresaron al convento y se convirtieron en abadesas, cargo que la mayor parte de las veces recaía sobre los miembros de las familias nobles.

María Ana fue Abadesa de la Institución de Damas Nobles del Castillo de Praga y más tarde de Klagenfurt.