Metal básicoUn metal básico es un metal común y económico, a diferencia de un metal precioso como el oro o la plata.[1][2] En numismática, las monedas a menudo derivan su valor del contenido de metales preciosos. Sin embargo, los metales básicos también se han utilizado en monedas. Definiciones específicasA diferencia de los metales nobles, los metales básicos se pueden distinguir oxidando o corroyendo con relativa facilidad y reaccionando de forma variable con ácido clorhídrico diluido (HCl) para formar hidrógeno. Los ejemplos incluyen hierro, níquel, plomo y zinc. El cobre también se considera un metal básico porque se oxida con relativa facilidad, aunque no reacciona con el HCl. En minería y economía, el término metales básicos se refiere a metales industriales no ferrosos, excluyendo los metales preciosos. Estos incluyen cobre, plomo, níquel y zinc.[3] El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos es más inclusivo en su definición. Incluye, además de los cuatro anteriores, hierro y acero, aluminio, estaño, tungsteno, molibdeno, tántalo, cobalto, bismuto, cadmio, titanio, circonio, antimonio, manganeso, berilio, cromo, germanio, vanadio, galio, hafnio, indio, niobio, renio y talio, así como sus aleaciones.[4] Véase tambiénReferencias
Enlaces externos
|