Murallas de Jaén
Las murallas de Jaén se diferencian en la muralla calcolítica, situada en los yacimientos arqueológicos del norte de la ciudad, y la muralla medieval, edificada en época romana y transformada por musulmanes y cristianos. Muralla calcolíticaEl reciente descubrimiento de los yacimientos arqueológicos de Marroquíes Bajos, a unos cientos de metros del casco histórico y ya en terreno llano, han venido a controvertir radicalmente el concepto de la ciudad medieval que hasta hace muy poco se tenía. La muralla fue datada por carbono 14 entre los años 2450 al 2125 a. C. y está considerada como «una pieza espectacular, un tramo tan amplio que tienes la posibilidad de ver en perspectiva el lienzo, las torres, las puertas... Difícilmente hay en España un caso similar del periodo Calcolítico. Difícilmente se puede justificar que no se conserve ahí», según el director del Centro Andaluz de Arqueología Ibera.[1] Muralla medievalLa muralla de Jaén surge debido a la expansión de la ciudad, y a una desafortunada política de demoliciones llevada a cabo principalmente en la segunda mitad del siglo XIX, desaparecieron las murallas que bajaban desde el Castillo para ceñir a la población. Está no circunscribía el perímetro de la ciudad. Por el contrario, ésta se extendía en arrabales a su alrededores y esto provocaba sucesivas ampliaciones del recinto. La muralla acogía así a aquellas clases sociales vinculadas al poder civil y religioso y a servicios tales como el comercio, los baños, etc. El hecho de que su extensión doblara la de la ciudad medieval conocida, allá por el siglo X, da una idea de hasta qué punto la población se diseminaba en las cercanías del núcleo principal, dedicándose a distintas actividades entre las que destacaría la agricultura. La muralla destacaba por su fortaleza, por lo que algunos autores musulmanes y cristianos hablaron de ella con admiración:
En el siglo XV la muralla que fue ampliada por Miguel Lucas de Iranzo, comenzaba en la llamada “Puerta de Noguera”, descendía por los Adarves hasta llegar a la ”Puerta del Ángel”, hoy perfectamente conservada y que da acceso al parque de la "Alameda de Capuchinos", continuaba hacia el “Portillo de San Jerónimo”, donde aparecían dos hermosas torres cuadradas; ascendía por la actual avenida de Granada, hasta la “Puerta de Barrera”, continuando hacia el torreón de San Agustín, lugar donde se cerraba este segundo recinto amurallado que albergaba el arrabal de San Ildefonso.
PuertasLa muralla de Jaén contaba con 10 puertas principales y otras tantas de menor tamaño pero de gran importancia para la población,[2] eran:
Referencias
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