Una oda (en griego antiguo: ᾠδή, romanizado: ōidḗ) es un tipo de poesía lírica. Las odas son poemas elaboradamente estructurados que alaban o glorifican un acontecimiento o un individuo, describiendo la naturaleza tanto intelectual como emocionalmente.[1] Una oda clásica se estructura en tres partes principales: la estrofa, la antiestrofa y el epodo. También existen otras formas, como la oda homostrófica y la oda irregular.
En su origen, las odas griegas eran piezas poéticas interpretadas con acompañamiento musical.[2] Con el paso del tiempo, se fueron convirtiendo en composiciones líricas personales, ya fueran cantadas (con o sin instrumentos musicales) o simplemente recitadas (siempre con acompañamiento). Los principales instrumentos utilizados eran el aulos y la lira (este último era el instrumento más venerado por los antiguos griegos).
Hay tres formas típicas de odas: la pindárica, la horaciana y la irregular.[3][4] Las odas pindáricas siguen la forma y el estilo de Píndaro. Las odas horacianas siguen las convenciones de Horacio; las odas de Horacio imitaban deliberadamente a los letristas griegos como Alceo y Anacreonte. Las odas irregulares utilizan la rima, pero no la forma tripartita de la oda pindárica, ni la estrofa de dos o cuatro versos de la oda horaciana. La oda es un poema lírico. Transmite emociones exaltadas e inspiradas. Es una lírica de forma elaborada, expresada en un lenguaje imaginativo, digno y sincero. Al igual que la lírica, la oda es de origen griego.
En la poesía en habla inglesa, destacan las odas del poeta inglés John Keats,[5] entre las cuales destaca «Oda a un ruiseñor», un poema personal que describe el viaje del autor hacia el estado de capacidad negativa.