Papelera Española
Papelera Española fue una empresa española fundada en 1901[1] por Nicolás María de Urgoiti y Rafael Picavea, a partir de la fusión de cerca de diez empresas.[2] Tuvo su sede en la ciudad vizcaína de Bilbao.[2][3] Controló el mercado del papel en el país durante buena parte del siglo xx,[4] hasta el punto de ejercer un monopolio sobre este.[5] Por este motivo, Urgoiti y su empresa fueron el blanco de numerosas críticas por parte de sus competidores, especialmente en el mundo de la prensa.[6]La empresa se disolvió en 1997.[7] HistoriaLos primeros años del negocio fueron económicamente complicados, especialmente entre 1902 y 1908.[8] Hacia 1907 la empresa disponía de 14 000 trabajadores y sus fábricas disponían de una potencia de 12 000 caballos de vapor.[8] En 1902 la producción anual de papel fue de 21,1 toneladas y las ganancias de Papelera Española fueron de 1 143 000 pesetas.[9] En 1929 la producción anual había aumentado hasta casi 60 toneladas y las ganancias se habían multiplicado, alcanzando los 8 022 000 pesetas.[9] La empresa llegó a ejercer un cuasi monopolio sobre el mercado del papel, y en cierta medida, contó con la protección del Estado, que solía fijar unos fuertes aranceles para el papel que se importaba desde el extranjero.[10] A comienzos de la década de 1920 esta situación había llevado a la empresa papelera a ganarse numerosos enemigos.[11] Sin embargo, los negocios de la Papelera Española fueron más allá de la producción y el comercio del papel, diversificando sus operaciones. En 1913 la Papelera Española participó en la constitución de la compañía Prensa Gráfica,[12] que sería propietaria de importantes publicaciones ilustradas como Mundo Gráfico, Nuevo Mundo o La Esfera.[13][14] Posteriormente Urgoiti puso en marcha sus dos propios periódicos, El Sol y La Voz,[15] para competir con los principales diarios de la época, y años después —en 1924— creó su propia agencia de noticias, Febus.[16] El servicio de noticias de Febus llegó a ser uno de los más importantes de España, en parte porque los diarios que tenían problemas para pagar la adquisición de papel a su matriz —la Papelera Española—, a cambio, solían estar suscritos al servicio ofrecido por Febus.[16] En 1918 Urgoiti puso en marcha la Editorial Calpe,[17] con lo que también entró en el negocio editorial. Calpe se uniría con la editorial Espasa en 1925, dando lugar a una poderosa editorial. Hacia 1935 el capital social de la Papelera Española era de unos trescientos millones de pesetas de la época.[18] Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
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