Parálisis de la abejaLa parálisis o síndrome de la abeja negra,[1][2] es una enfermedad vírica infectocontagiosa de las abejas adultas, causada por dos tipos de virus:
La enfermedad reviste cierta importancia económica. Burnside en 1933 infectó abejas con fluidos procedentes de abejas enfermas maceradas, que previamente había filtrado en filtros retiene bacterias, con lo cual puso al descubierto que se trataba de un virus. A posteriori Bailey con el avance tecnológico del microscopio electrónico, pudo identificar el virus de la parálisis crónica y un año después el virus de la parálisis aguda. Etiología
EpizootiologíaFue diagnósticada en diferentes continentes: Europa, Asia y América, incluyendo México, Australia, Nueva Zelanda, China, Escandinavia. Se presenta en épocas calurosas y sobre todo en colmenas con reinas altamente consanguíneas. No es conocida la forma natural de infección, pero las partículas vírales que se han encontrado en las glándulas hipofaríngeas y salivales de las abejas. La transmisión puede ocurrir mediante la trofalaxis de las obreras y por la ingestión de alimentos contaminados. PatogeniaIngerido el virus, pasa del tracto digestivo de la abeja al tejido nervioso y al tejido adiposo donde se multiplica. Especialmente se concentra en la zona de la cabeza. Se ha sugerido que la sintomatología sea desencadenada por altas temperaturas en el interior de la colmena. Las abejas mueren a los siete días de ser infectadas con el virus de la parálisis crónica y a los de tres a cinco días cuando son infectadas con el virus de la parálisis aguda. Cuadro clínicoMuy similar a la nosemosis y la acariosis. Disminución del número de obreras en la colmena.[5] DiagnósticoSe buscan la presencia de abejas negras (sin pelos en el tórax), temblorosas; sin embargo, un diagnóstico definitivo es imposible de realizar en el campo. En el laboratorio, la enfermedad puede reproducirse inoculando abejas sanas con macerados de abejas enfermas para un diagnóstico positivo. Otra manera de identificar al virus, es mediante cultivos y pruebas de difusión en gel, así como su observación al microscopio electrónico. TratamientoNo existen drogas antivirales específicas hasta nuestros días,[6] pero trabajos experimentales han demostrado que tanto la oxitetraciclina y el azúcar común inhiben el desarrollo del virus, por lo que una opción sería el dar alimentación artificial con un jarabe conteniendo 300 mg de sal pura de oxitetraciclina. Medidas preventivasEs recomendable cambiar a la reina. Los criadores de reinas deberán evitar la consanguinidad en las cruzas para obtener abejas híbridas. Véase tambiénReferencias
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