Pepsi Number Fever
La Pepsi Fever Number, también conocida como Incidente 349, fue una promoción realizada por PepsiCo en Filipinas en 1992, la cual generó disturbios y la muertes de al menos cinco personas.[1][2][3][4] PromociónEn febrero de 1992, Pepsi Filipinas (PCPPI) anunció que imprimirían números, que iban del 001 a 999, dentro de las tapas de botellas de Pepsi, 7-Up, Mirinda y Mountain Dew.[2][5] Algunos números podían ser canjeados por premios, que variaban entre 100 pesos filipinos (aproximadamente 4 dólares estadounidenses) y 1 millón de pesos filipinos, que era el gran premio (aproximadamente $40,000 dólares estadounidenses en 1992), equivalente a aproximadamente 23 años de ganancias en 118 pesos por día, el salario mínimo en Filipinas en aquel tiempo.[6][7] Pepsi Destinó un total de 2 millones de dólares para premios.[4] El especialista de marketing Pedro Vergara basó Pepsi Number Fever en promociones moderadamente exitosas que habían sido realizadas anteriormente en el área geográfica de especialización de Vergara, América Latina.[8] Pepsi Number Fever fue un rotundo éxito al principio, y aumentó la cuota de mercado de Pepsi del 4% a un 24.9%.[4] Los números ganadores eran anunciados en televisión todas las noches. En mayo, 51,000 premios fueron canjeados, incluyendo 17 grandes premios.[6] Número 349El 25 de mayo, la transmisión nocturna de ABS-CBN Channel 2 anunció que número ganador del gran premio para ese día era el 349.[6] PepsiCo controlaba estrictamente las tapas de botellas ganadoras del gran premio; se habían producido dos botellas con tapas con el número ganador de aquel día impreso en su interior, así como un código de seguridad para su confirmación.[4] Aunque, debido a un error informático, se habían impreso 800.000 tapas con ese número(pero sin el código de seguridad).[3] En teoría, estas tapas de botella acumulaban un valor de 32.000 millones de dólares estadounidenses. Miles de filipinos corrieron a las plantas de producción de Pepsi para canjear sus premios.[9] Pepsi Filipinas respondió que las tapas impresas por error no tenían el código de confirmación, por lo tanto, no podían ser canjeados.[3][6] Después de una reunión de emergencia de ejecutivos de PepsiCo y Pepsi Filipinas a las 3:00 a. m., la compañía ofreció 500 pesos (18 dólares) a poseedores de tapas impresas erróneamente, como "gesto de buena voluntad ".[10][11] Esta oferta fue aceptada por 486,170 personas, costándole a Pepsi aproximadamente 8,9 millones de dólares (240 millones de pesos filipinos).[12] Muchos poseedores de tapas con el número 349 furiosos negaron la oferta de Pepsi Filipinas. Formaron un grupo, conocido como la Alianza 349, que organizaron un boicot a los productos de Pepsi, y realizaron protestas fuera de las oficinas de Pepsi Filipinas y el gobierno filipino. La mayoría de las protestas eran pacíficas, pero tres trabajadores de Pepsi Filipinas fueron asesinados por una granada arrojada a un almacén en Gran Dávao, y una madre y su hijo fueron asesinados en Manila un 13 de febrero de 1992, por una granada lanzada a un camión de Pepsi.[13][14] Ejecutivos de Pepsi Filipinas recibieron amenazas de muerte, y hasta 37 camiones de la compañía sufrieron daños por ser empujados, apedreados o quemados.[6] Algunos acusaron a PepsiCo de contratar mercenarios para planear los ataques, con el fin de señalar a los protestantes de terroristas. Sin embargo, la entonces senadora Gloria Macapagal-Arroyo sugirió que los ataques eran perpetrados por embotelladores rivales que intentaban aprovechar la vulnerabilidad de Pepsi Filipinas. Acción legalAproximadamente 22,000 personas tomaron acciones legales en contra de PepsiCo; se presentaron al menos 689 demandas civiles y 5,200 denuncias penales por fraude y engaño.[1] El 24 de junio de 1996, un tribunal otorgó a los demandantes 10,000 pesos (aproximadamente 380 dólares) bajo concepto de "daños morales".[15][12] Tres demandantes insatisfechos apelaron y el 3 de julio de 2001 el tribunal les otorgó 30,000 pesos (aproximadamente 570 dólares) a cada uno.[16] Pepsi Filipinas apeló esta decisión. La demanda llegaría a la Corte Suprema, que en 2006 dictaminó que "Pepsi Filipinas no está obligada a pagar las cantidades impresas en las tapas a sus poseedores. Ni es responsable de los daños que produzcan las mismas", y que "los asuntos relacionados con el incidente del 349 han quedado a un lado y no deben ser molestadas más en esta decisión."[2] Referencias
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