A principios de los años 90, la justicia descubrió una gigantesca red de corrupción en la política italiana, en el proceso judicial denominado Manos Limpias. La corrupción acabó con los partidos políticos tradicionales, además de llevar a los juzgados a la mayoría de los políticos del país. Tomaron el poder entonces nuevos políticos como Silvio Berlusconi o políticos "limpios" como Romano Prodi. Los profundos cambios acaecidos tras estos eventos, como por ejemplo el cambio de sistema electoral y la disolución de los antiguos partidos, hacen que se conozca a esta época como la Seconda Repubblica (Segunda República).
Según el analista Stefano Palombarini, la vida política italiana, como en muchos otros países europeos, lleva mucho tiempo oponiendo un bloque de izquierda a otro de derecha. La primera reunía principalmente a trabajadores, empleados poco cualificados, funcionarios y profesiones intelectuales; la segunda reunía principalmente a pequeños y grandes empleadores, comerciantes, artesanos y trabajadores autónomos. A partir de los años 1990, estos dos bloques se volvieron cada vez más inestables, lo que llevó a la desintegración del bloque de izquierda en 2007 con la formación del Partido Democrático, y luego del bloque de derecha en 2010 con la desintegración del partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia, con la Alianza Nacional de Gianfranco Fini.
En este contexto de crisis política, surgió el proyecto de una nueva coalición "más allá de la derecha y la izquierda": un "bloque burgués" que reúne a las clases altas y medias en torno a la integración europea y al liberalismo económico. Su constitución coincidió con el envío en 2011 de una carta de la Comisión Europea que impuso a Italia un reajuste de su política económica, provocando la caída del gobierno de Silvio Berlusconi y la llegada al poder de Mario Monti. Este nuevo bloque lideró Italia durante siete años, bajo los sucesivos gobiernos de Mario Monti, Enrico Letta, Matteo Renzi y Paolo Gentiloni. Su fracaso económico llevó a la formación en 2018 de un gobierno que incluye el Movimiento 5 Estrellas y la Liga.
El presidente de la República italiana es el jefe de Estado del país. El presidente de la República debe velar por la unidad del país siendo el guardián de la Constitución. Además actúa como árbitro entre las distintas fuerzas y poderes políticos. El actual presidente de la República es Sergio Mattarella. El presidente de la República es elegido por el parlamento por un periodo de siete años.
El presidente de la República Italiana nombra un presidente del Consejo de Ministros y los ministros propuestos por este. El Gobierno así nombrado necesita la aprobación de las dos ramas del parlamento. El presidente del Consejo de Ministros es el jefe de gobierno y el principal referente político del país. Tras la dimisión del "premier"
Silvio Berlusconi, el 12 de noviembre de 2011, el senador vitalicio Mario Monti fue nombrado por Giorgio Napolitano. Mario Monti, presentó su dimisión como jefe del Gobierno el 21 de diciembre de 2012, al presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, tras trece meses al frente de un Ejecutivo tecnócrata investido para reconducir las finanzas y la economía del país.
A nivel nacional, los italianos tienen un parlamento bicameral formado por la Cámara de los Diputados (630 diputados) y un Senado (315 senadores, elegidos democráticamente más unos pocos senadores vitalicios). Como máximo, una legislatura dura cinco años, pero normalmente se disuelve el parlamento antes de ese tiempo. Destacar que las dos cámaras son simétricas, ya que comparten los mismos poderes.
La Corte Constitucional de Italia es el máximo órgano a nivel judicial del país. Uno de sus miembros es el presidente del tribunal, nombrado por el presidente del país. Los otros miembros son nombrados de la siguiente forma: un tercio por el presidente del país, un tercio por el parlamento y el último tercio por los tribunales administrativos menores.
El sistema electoral italiano favorece a las mayorías, por lo que los partidos políticos forman grandes coaliciones para presentarse a las elecciones. Para las elecciones generales de Italia de 2022 se constituyeron dos coaliciones: