Los santos falicos eran, pese a la tradición cristiana, santos cuya dulía derivaba de deidadespaganas locales, principalmente en algunos pueblos de Europa, invocadas para la fertilidad (incluso de la agricultura) y la fecundidad. Más que representaciones vulgares del falo, estos santos eran considerados benefactores de la prolificidad y de la fecundidad reproductiva y por esto objetos de veneración particularmente por parte de las mujeres infértiles o estériles y las muchachas jóvenes.[1] Sir William Hamilton[2] ha referido que a fines del siglo XVIII se hacían las representaciones fálicas en cera de partes del cuerpo presentadas como ofrenda a los santos san Cosme y Damián en la localidad de Isernia, en su día festivo (Fiesta de los Santos Cosme y Damián de Isernia), aquellas que representaban a un pene eran las más comunes[3] Las observaciones de Hamilton han llevado a que Richard Payne Knight escribiera el libro Account of the Remains of the Worship of Priapus, en el cual son referidos ejemplos de estas efigies.
Lista (no oficializada por ninguna iglesia) de "santos fálicos"
Santos Cosme y Damián, médicos gemelos, uno de cuyos centros de culto era Isernia, en Italia.
San Guignolé (Winwaloe) o san Guiñole o Winwaleo, primer abad de Landévennec, que adquirió su condición priápico por la confusión de su nombre con gignere (en francés popular arcaico engendrer, "engendrar").[1] Su tumba no fue destruida hasta 1793.[4]
San Foutin, por asimilación del nombre de Pothin (Potino), primer obispo de Lyon, al verbo foutre ("a la mierda").[1] La gente adoraba al falo de San Foutin mediante el vertido de vino en el mismo.