El sarcoplasma es el citoplasma de las células musculares estriadas, es decir de miocitos esqueléticos y cardiomiocitos. Es comparable al citoplasma de otras células eucariotas en su contenido, pero su estructura y empaquetamiento es particular y característico.
El sarcoplasma tiene apariencia estriada bajo el microscopio, que es debida al altamente organizado patrón de bandas claras y oscuras de sus miofibrillas.
El sarcoplasma es una estructura diferenciada y presenta la morfología y las funciones específicas para la contractilidad.[1]
Estructura
El citoplasma de las células musculares estriadas, llamado sarcoplasma, está constituido por una fase de solución compuesta por agua, iones y moléculas pequeñas difusibles, que rodea una fase de grandes estructuras macromoleculares fijas, formadas por las proteínas actina y miosina.
El sarcoplasma de los miocitos esqueléticos contiene desde varios cientos a algunos miles de haces de miofibrillas intracelulares. Estas largas miofibrillas cilíndricas, presentan un aspecto estriado por repetición de zonas claras y oscuras llamadas sarcómeros.[3]
Cada sarcómero contiene estructuras constituidas por grandes polímeros de las proteínas actina y miosina llamados miofilamentos. Estos miofilamentos se ensamblan entre sí, con unos 1 500 filamentos gruesos de miosina y 3 000 filamentos finos de actina por miofibrilla.[4]
La proteína contráctil llamada actina se presenta como unidades globulares de 3-7 nm de diámetro, que se polimeriza y compone los microfilamentos. Los microfilamentos son largas y delgadas fibras de actina, que se asocia con la miosina para la contracción.
La miosina de tipo II es una proteína fibrosa, que se une a 300 moléculas idénticas, hasta formar un complejo macromolecular llamado "filamento de miosina" que es grueso y tiene una longitud de 1-1,6 micrómetros y funciona como motor molecular.[5][6]
Los filamentos de actina y miosina están conectados de manera estable por un tercer filamento de conexión compuesto por la larguísima proteína titina.
El principio organizativo básico es la "minimáquina" contráctil llamada sarcómero. Cada sarcómero está bordeado por dos discos Z, que anclan los extremos de los filamentos de actina altamente regulares. Los extremos puntiagudos. de estos filamentos de actina apuntan hacia el centro del sarcómero, donde interactúan con los dominios motores de los filamentos de miosina.[7]
↑ abEynard A.R., Valentich M.A., Rovasio R.A. (2008). «Los tejidos musculares». Histología y embriología del ser humano: bases celulares y moleculares. Médica Panamericana. pp. 270-271. Consultado el 23 de febrero de 2020.
↑Cameron L.C., Machado M., Meza G. (2003). «Las Miosinas en el Movimiento celular parte I, Estructuras y propiedades cinéticas». REB (PDF) 22 (2): 53-59.|fechaacceso= requiere |url= (ayuda)