Saul Bellow
Saul Bellow (Lachine, Montreal, Quebec, 10 de junio de 1915-Brookline, Norfolk, Massachusetts, 5 de abril de 2005) fue un escritor canadiense y estadounidense de origen judío-ruso[1]. Nació en Canadá, pero vivió desde pequeño en Estados Unidos. Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1976.[2] En palabras del Comité Nobel sueco, su escritura exhibía
Entre sus obras más conocidas se encuentran Las aventuras de Augie March, Henderson, el rey de la lluvia, Herzog, El planeta del señor Sammler, Aprovecha el día, El legado de Humboldt y Ravelstein. Bellow dijo que, de todos sus personajes, Eugene Henderson, de Henderson, el rey de la lluvia, era el que más se parecía a sí mismo.[4] Bellow creció como inmigrante procedente de Quebec. Como Christopher Hitchens lo describe, la ficción y los personajes principales de Bellow reflejan su propio anhelo de trascendencia, una batalla "para superar no sólo las condiciones del gueto, sino también las psicosis del gueto" [5][6] Los protagonistas de Bellow luchan con lo que Albert Corde, el decano en El diciembre del decano, llamaba "las locuras a gran escala del siglo XX". Esta trascendencia de lo "indeciblemente lúgubre" (una frase de El hombre que cuelga) se logra, si es que puede lograrse, mediante una "feroz asimilación del aprendizaje" (Hitchens) y un énfasis en la nobleza. Vida y trayectoriaNació el 10 de junio de 1915 en[7][8] Lachine (Quebec), en el seno de una familia judía. A los 9 años su familia, de origen ruso, se trasladó a Chicago.[9] Participó como soldado en la II Guerra Mundial, estudió en la Universidad de Northwestern y fue profesor de la misma universidad en Chicago. Estuvo casado en cinco ocasiones. Se le considera un referente dentro del grupo de escritores estadounidenses de religión judía de la segunda mitad del siglo XX. Su primera novela, Hombre en suspenso (1944), refleja la ansiedad y la preocupación de un joven que espera ser movilizado en tiempo de guerra. A esta primera novela le siguió La víctima (1947). Tras obtener una beca de la fundación Guggenheim, Bellow vivió durante un tiempo en Europa, donde escribió la mayor parte de Las aventuras de Augie March (1953). Esta novela, un largo relato libremente estructurado con un héroe propio de la picaresca, ofrece un vivo y humorístico retrato de la comunidad judía de Chicago a través de un joven en busca de su identidad. La humanidad moderna, amenazada con perder su identidad pero aún no destruida espiritualmente, es el tema de sus obras posteriores, Carpe diem (1956) y Henderson, el rey de la lluvia (1959).[10] Herzog (1964) y El planeta de Mr. Sammler (1970), galardonadas con el Premio Nacional del Libro estadounidense, retratan a los intelectuales judíos en su lucha contra el malestar espiritual que los rodea. Bellow recibió el Premio Pulitzer de Ficción en 1976 por El legado de Humboldt (1975). Está considerada una de sus mejores novelas y una obra clave en la narrativa anglosajona del siglo XX, influida por las lecturas de Rudolf Steiner durante su período de escritura (entre 1972 y 1974). Se trata de una roman à clef en la que el protagonista, Charlie Citrine, es trasunto del propio Bellow y su mejor amigo y antiguo mentor, el poeta Von Humboldt Fleisher, es Delmore Schwartz (1913-1966), amigo de Saul Bellow en la vida real. Premio Nobel y carrera posteriorImpulsado por el éxito de El legado de Humboldt, Bellow ganó el Premio Nobel de Literatura (1976) por "la comprensión y análisis sutil que realiza de la sociedad contemporánea en sus trabajos". En el discurso de 70 minutos que pronunció ante una audiencia en Estocolmo, Suecia, Bellow pidió a los escritores que fueran faros para la civilización y la despertaran del letargo intelectual.[1] Al año siguiente, la National Endowment for the Humanities seleccionó a Bellow para la Jefferson Lecture, la más alta distinción del gobierno federal estadounidense por sus logros en humanidades. La conferencia de Bellow se tituló "El escritor y su país se miran el uno al otro" [11] De diciembre de 1981 a marzo de 1982, Bellow fue Visiting Lansdowne Scholar en la Universidad de Victoria (BC),[12] y también ostentó el título de escritor residente.[13] En 1998, fue elegido miembro de la American Philosophical Society.[14] El autor prosigue su análisis de la cultura contemporánea en El diciembre del decano (1982). Jerusalén, ida y vuelta (1976) es un estudio reflexivo de su visita a Israel, mientras que en la novela Son más los que mueren de desamor (1987) Bellow regresa al escenario del Medio Oeste de Estados Unidos. En 1994 publicó una colección de ensayos titulada Suma y sigue. Sus Cuentos reunidos se tradujeron al castellano en 2001 con un prefacio de Janis Bellow, entonces su esposa, y un prólogo de James Wood. En 1997 publicó una novela corta, La verdadera, y en 2000 su última novela, Ravelstein. En 2005, las editoriales españolas Círculo de Lectores y Galaxia Gutenberg publicaron su colección de ensayos Todo cuenta.[15][16] En este libro, que abarca desde los años treinta hasta los noventa, puso de manifiesto en varios testimonios que, además de inglés, hablaba ruso, yiddish, francés y español. Bellow viajó mucho durante toda su vida, principalmente a Europa, que a veces visitaba dos veces al año.[1] De joven, Bellow fue a Ciudad de México para conocer a León Trotsky, pero el revolucionario ruso expatriado fue asesinado el día antes de que se conocieran. Los contactos sociales de Bellow eran amplios y variados. Acompañó a Robert F. Kennedy en un perfil para una revista que nunca llegó a escribir, y era íntimo amigo del escritor Ralph Ellison. Entre sus muchos amigos se encontraban el periodista Sydney J. Harris y el poeta John Berryman.[17]. Aunque las ventas de las primeras novelas de Bellow fueron modestas, la situación cambió con Herzog. Bellow continuó enseñando hasta bien entrada su vejez, disfrutando de la interacción humana y el intercambio de ideas. Enseñó en la Universidad de Yale, la Universidad de Minnesota, la Universidad de Nueva York, la Universidad de Princeton, la Universidad de Puerto Rico, la Universidad de Chicago, el Bard College y la Universidad de Boston, donde impartió una clase con James Wood ('ausentándose modestamente' cuando llegó el momento de discutir Aprovecha el día). Para ocupar su puesto en Boston, Bellow se trasladó de Chicago a Brookline, Massachusetts, en 1993; murió allí el 5 de abril de 2005, a los 89 años. Está enterrado en el cementerio judío Shir HeHarim de Brattleboro, Vermont. Aunque leía mucho, Bellow también tocaba el violín y practicaba deporte. El trabajo era una constante para él, pero a veces se afanaba a marchas forzadas en sus novelas, lo que frustraba a la editorial.[1] Sus primeras obras le granjearon la reputación de novelista más importante del siglo XX, y a su muerte era considerado uno de los mejores novelistas vivos.[18] Fue el primer escritor en ganar tres Premios Nacionales del Libro en todas las categorías de premios. [19] Su amigo y protegido Philip Roth ha dicho de él: "La columna vertebral de la literatura estadounidense del siglo XX la han proporcionado dos novelistas: William Faulkner y Saul Bellow. Juntos son los Melville, Hawthorne y Twain del siglo XX". James Wood, en un elogio de Bellow en The New Republic', escribió:[20]
Falleció el 5 de abril de 2005 en Brookline, Massachusetts (Estados Unidos). InfluenciaHa influido en casi todos los escritores norteamericanos de origen judío, como Bernard Malamud (1914-1986), Howard Fast (1914-2003), Peter Viertel (1920-2007), Betty Friedan (1921-2006), Norman Mailer (1923-2007), Joseph Heller (1923-1999), Herbert Gold (1924), Allen Ginsberg (1926-1997), Neil Simon (1927-2018), Ira Levin (1929-2007), William Goldman (1931-2018), Philip Roth (1933-2018), etc. Philip Roth ha escrito:
Temas y estiloLos temas de Bellow incluyen la desorientación de la sociedad contemporánea, y la capacidad de las personas para superar su fragilidad y alcanzar la grandeza o la conciencia. Bellow veía muchos defectos en la civilización moderna, y su capacidad para fomentar la locura, el materialismo y el conocimiento engañoso.[21] Los personajes principales de la ficción de Bellow tienen potencial heroico, y muchas veces contrastan con las fuerzas negativas de la sociedad. A menudo estos personajes son judíos y tienen un sentimiento de alienación u otredad. La vida y la identidad judías son un tema importante en la obra de Bellow, aunque le molestaba que le llamaran "escritor judío". La obra de Bellow también muestra un gran aprecio por América y una fascinación por la singularidad y vitalidad de la experiencia americana. La obra de Bellow abunda en referencias y citas de Marcel Proust y Henry James, entre otros, pero compensa estas referencias de alta cultura con bromas.[8] Bellow intercalaba elementos autobiográficos en su ficción, y se decía que muchos de sus personajes principales se parecían a él. ObraNovelas y novelas breves
Colecciones de relatos cortos
No ficción
Referencias
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