Teoría H & HLa teoría de la hiper y la hipoarticulación (teoría H&H), expuesta por Björn Lindblom, se basa en que el habla del emisor y la percepción de lo emitido por parte del receptor están condicionadas por procesos biológicos generales, de manera que la producción lingüística del emisor se adaptará a las demandas comunicativas y situacionales. El emisor deberá adaptar sus enunciados tanto a los factores relacionados con su propia producción (factores biológicos) como a las constricciones externas (situacionales, donde entra en juego el receptor). El hablante ideal se adaptará, por tanto, al acceso a la información para el que el oyente está capacitado. Estas adaptaciones pueden variar en un continuo que va del habla hiperarticulada al habla hipoarticulada. Habla hiperarticulada e hipoarticuladaNo puede comprenderse la teoría H&H sin atender, aunque sea brevemente, a los conceptos de habla hiperarticulada e hipoarticulada. El habla hipoarticulada se orienta a la emisión y, por ello, se adapta a los principios de economía y plasticidad. El emisor, en la medida en que sea posible, reducirá sus esfuerzos articulatorios para producir enunciados, siempre que el emisor los comprenda. Este principio de economización se refleja en cualquier movimiento cotidiano. Para la producción de enunciados, se demuestra su vigencia por parte de Nelson, Perkel y Westbury (1984), en cuyo experimento comparan los movimientos de la mandíbula en producciones progresivamente más rápidas de la secuencia “wags” y la sílaba “sa”. Comprueban que los movimientos de la mandíbula son menores a medida que el tiempo de producción es más breve. De cualquier modo, a pesar de que el sistema de habla tiende a minimizar los esfuerzos articulatorios, el hablante siempre tiene la opción de no hacerlo. De esta manera, encontraríamos, en el lado opuesto del continuo, el concepto contrario. El habla hiperarticulada, en lugar de orientarse a la salida de información, lo hace al sistema de control. Es decir, el emisor adapta sus producciones lingüísticas todo lo necesario para favorecer que, en una situación comunicativa determinada, su receptor pueda descodificarlas correctamente. En definitiva, el hablante necesita controlar que sus atributos de señal posean suficiente contraste o suficiente poder discriminativo para que su interlocutor pueda realizar un correcto acceso al léxico. EjemploPara ilustrar el concepto, se plantea una situación de la vida cotidiana:
En el primer enunciado, A produce su emisión con un esfuerzo articulatorio mínimo, el que está habituado a emplear. Cuando B no descodifica bien la información, A vuelve a emitirla maximizando sus esfuerzos articulatorios de manera que B pueda interpretar su enunciado de forma correcta. Esto ocurre porque ambos verbos tienen características acústicas similares.
La variación fonéticaLa teoría H&H parte del estudio de los sonidos del habla en contexto. Así, se encuentra con el problema de la invariaza, puesto que es difícil aportar una definición físico-fonética para una categoría léxica o fonética concreta que sea constante y libre de contexto. Como quiera que no se puede medir una categoría léxica neutra, la teoría H&H asume que la falta de invarianza que exhiben las señales de habla es una consecuencia directa de su organización adaptativa. Objetivo y metaPartiendo de la premisa anterior, Lindblom crea la teoría H&H no para explicar la invarianza sino para delimitar cuál es la discriminabilidad suficiente (necesaria para que el receptor descodifique correctamente la información) y definir el tipo de señales de habla que importan para este criterio. La meta sería construir una teoría cuantitativa y demostrable que funcione y que permita explicar el funcionamiento de habla hiper e hipoarticulada. El argumento de la Teoría H&HLa Teoría H&H se basa en cuatro principios, dos relacionados con la producción y otros dos con la percepción. Los principios de producción son:
Los dos principios de percepción se centran en:
Por lo tanto, la cantidad de información que debe contener una producción lingüística varía entre enunciados y dentro del propio enunciado, según lo requiera el interlocutor. En el caso ideal, el hablante considera que el oyente está contribuyendo a interpretar la señal durante el transcurso del enunciado mediante su conocimiento (o señal complementaria). Hipótesis de trabajoLindblom plantea que, tanto durante el desarrollo del habla en la niñez como en el lenguaje adulto, los hablantes se van adaptando a las condiciones señaladas anteriormente. De esta manera, irán desarrollando una “sensación” para interpretar cuál es el “valor de supervivencia” de una forma fonética (hasta dónde puede distinguirse o no), en un proceso que funciona de forma similar al de la selección natural. Por eso, el habla varía sistemática – y continuamente – a lo largo de las dimensiones H (hiper) & H (hipo) articulación. Bibliografía
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