"Todo trabajo es, por un lado, gasto de fuerza humana de trabajo en un sentido fisiológico, y es en esta condición de trabajo humano igual, o de trabajo abstractamente humano, como constituye el valor de la mercancía. Todo trabajo, por otra parte, es gasto de fuerza humana de trabajo en una forma particular y orientada a un fin, y en esta condición de trabajo útil concreto produce valores de uso [...] En un comienzo, la mercancía se nos puso de manifiesto como algo bifacético, como valor de uso y valor de cambio. Vimos a continuación que el trabajo, al estar expresado en el valor, no poseía ya los mismos rasgos característicos que lo distinguían como generador de valores de uso. He sido el primero en exponer críticamente esa naturaleza bifacética del trabajo contenido en la mercancía [...] este punto es el eje en torno al cual gira la comprensión de la economía política"
La diferencia entre el trabajo abstracto y el trabajo concreto o útil, es una diferencia de aspectos del mismo trabajo bifacético, y no debe confundirse con dos tipos de trabajo diferentes (como sería, por ejemplo, la diferencia entre la redacción de un artículo de Wikipedia y la confección de calzado para fines comerciales). Las diferencias entre un trabajo para el consumo directo y un trabajo para el intercambio no son que el primero es concreto y el segundo abstracto. Ambos producen valores de uso y son por ello trabajos concretos, sólo que el segundo es además trabajo bifacético porque al intercambiarse posee valor de cambio.
"Un valor de uso, un bien, sólo encierra un valor por ser encarnación o materialización del trabajo humano abstracto. ¿Cómo se mide la magnitud de este valor? Por la cantidad de ‘substancia creadora de valor’, es decir, de trabajo, que encierra. Y, a su vez, la cantidad de trabajo que encierra se mide por el tiempo de su duración, y el tiempo de trabajo, tiene, finalmente, su unidad de medida en las distintas fracciones de tiempo: horas, días, etc.”
Dentro del marxismo, existen ciertas diferencias implícitas en la forma de entender el concepto de trabajo abstracto. Mientras a veces es entendido como una mera medida cronológica, sobre todo por aquellas corrientes que enfatizan ver al marxismo respecto del pensamiento burgués como un entendimiento cualitativamente más objetivo del mundo, otras corrientes marxistas prefieren entender el trabajo abstracto más bien no sólo como el tiempo de trabajo socialmente necesario (en un sentido meramente analítico) sino también como una forma de imposición de cierta existencia particular del trabajo, imposición perteneciente a una lucha de clases y que implica un sometimiento y una demarcación de la actividad humana dentro de los marcos de la acumulación capitalista. Así, la forma de existencia del trabajo abstracto en economías no capitalistas sería meramente embrionaria, al no expresarse todavía como una forma de dominación de clase.