Batalla de Mutina (194 a. C.)
La batalla de Placentia fue un enfrentamiento militar librado en 194 a. C. entre la República romana y la tribu celta de los boyos, acabando con una victoria de la primera. AntecedentesDespués de la victoria en Clastidio en 222 a. C., los romanos fundaron las colonias de Placentia (Plasencia) y Cremona. Sin embargo, cuatro años después los celtas se alzaron en armas con la llega de Aníbal Barca y se mantuvieron independientes durante la segunda guerra púnica. Con la derrota de Cartago en 202 a. C., los romanos se decidieron a reconquistar el norte italiano, consiguiendo la victoria de Cremona en 200 a. C..[1] Campaña de 196 a. C.En 196 a. C., el cónsul Marco Claudio Marcelo marchó contra los boyos. En una jornada, después de construir carreteras y un campamento (castra) sobre una colina todo el día, sus legionarios estaban agotados. Estos fue aprovechado por el jefe boyo Corolamo, quien le atacó con muchos guerreros y dio muerte a 3.000 soldados.[2] Fueron asesinados los jefes de los socii itálicos, Tito Sempronio Graco y Marco Junio Silano, y los tribunos militares de la II legión, Marco Ogulnio y Publio Claudio.[3] Sin embargo, el campamento estaba bien fortificado y resistió el asalto de los eufóricos celtas.[4] Marcelo pasó varios días ahí, tratando a los heridos y recuperando la moral de sus soldados,[5] mientras los impacientes boyos se dispersaron gradualmente por sus ciudades y fuertes.[6] Después de la derrota, el cónsul cruzó el río Po y atacó Comum, donde acampaban los ínsubrios. Sabedores de la victoria boya, los celtas atacaron a las legiones en marcha y en su vigorosa primera carga hicieron retroceder a la línea romana.[7] Marcelo se dio cuenta, y para evitar la ruptura de su formación hizo atacar a una cohorte de los marsos y a toda la caballería latina.[8] Con dos cargas consiguieron detener a los ínsubrios, permitiendo a toda la línea romana resistir y luego contraatacar. Los galos dieron media vuelta y huyeron.[9] Valerio Antias dice que más de 40.000 celtas[10] murieron en la batalla y se capturaron 87 estandartes, 632 carros y muchos collares de oro, incluyendo uno muy grande que Claudio envió al templo del Capitolio como regalo a Júpiter. También se hicieron con el campamento galo, que fue saqueado, y pocos días después tomaban Comum.[11] Con esto, 28 fuertes pasaron a poder romano. No está claro si el cónsul marchó primero contra los boyos[12] o contra los ínsubrios,[13] lo seguro es que los boyos le vencieron.[14] Entre tanto, su colega Lucio Furio Purpúreo invadió la tierra de los boyos,[15] pero cuando se acercaba a la fortaleza de Mutilum temió ser emboscado por boyos e ínsubrios, ordenando a su ejército dar media vuelta y retirarse a campo a abierto para unirse a su Marcelo.[16] Con ambas fuerzas unidas, avanzaron sobre Felsina saqueando todo a su paso.[17] Así, todos las fortalezas y ciudades de los boyos se rindieron, por lo que los cónsules marcharon contra los ligures.[18] Pero en realidad, los boyos sólo esperaban la oportunidad para caer repentinamente sobre la columna romana mientras marchaba y bajaba la guardia creyéndose segura. Así se movieron por caminos secretos[19] y cruzaron el Po en botes cuando las legiones retornaban cargadas del botín tomado a los ligures laevi y libui. Fue entonces que los atacaron.[20] Los legionarios lucharon ferozmente ante el repentino ataque,[21] deseosos de masacrar a los celtas, sin tomar ningún prisionero.[22] La victoria fue celebrada en Roma.[23] Campaña del 195 a. C.Durante el verano de 195 a. C., el cónsul Lucio Valerio Flaco venció en batalla campal a un ejército de boyos cerca de la Selva Litana.[24] Murieron 8.000 celtas y el resto se dispersó por los campos.[25] Luego se mantuvo durante el resto de esa estación entre Placentia y Cremona, reconstruyendo las ciudades.[26] Flaco fue nombrado procónsul al año siguiente, venciendo en batalla campal a ínsubrios y boyos mandados por Dorulato, cerca de Mediolanium (Milán) y que habían cruzado el Po para alzar a los locales.[27] Dio muerte a 10 000 celtas.[28] BatallaEl nuevo cónsul, Tiberio Sempronio Longo, fue a enfrentar a los boyos en su territorio,[29] pues se habían alzado en armas encabezados por Boiorix y sus dos hermanos. Los celtas colocaron su campamento en terreno abierto, en la ruta que debían seguir las legiones.[30] El cónsul se dio cuenta de la fuerza de los galos y mandó un mensaje a su colega, Publio Cornelio Escipión Africano, que se mantendría a la defensiva hasta que llegara.[31] Esto animó a los celtas a actuar antes de que ambos cónsules unieran fuerzas.[32] Durante dos días formaron en línea de batalla esperando que los romanos aceptaran el desafío, pero al tercero atacaron el campamento desde todos los lados.[33] Longo hizo que sus soldados aparentaran estar en los muros a la defensiva, pero en realidad ordenó a sus dos legiones concentrarse en las dos puertas principales para salir,[34] pero cuando se abrieron se encontraron con los galos,[35] dándose una feroz batalla en un espacio muy reducido. No importaban tanto las manos y espadas como los escudos para empujar; los boyos intentaban impedir a los legionarios salir y deseaban entrar, en cambio, los romanos querían salir para dar batalla campal.[36] Esto continuó hasta que el centurión Quinto Victorio y el tribuno militar Cayo Atinio[37] de la IV y II legiones respectivamente, lanzaron los estandartes hacia los celtas, haciendo que los romanos se envalentonaran para recuperarlos y se abrieran paso, empezando por los de la II.[38] En cambio, la IV legión seguía atrapada en la puerta pero escuchaban el alboroto del otro lado del campamento.[39] Finalmente, los celtas entraron y tras tenaz resistencia murieron el cuestor Lucio Postumio Tímpano y los comandantes aliados Marco Atinio y Publio Sempronio con 200 soldados.[40] Longo envió a una cohorte extraordinaria que logró matar a los boyos que habían entrado y expulsar al resto.[41] Luego, la IV legión con 2 cohortes extraordinarias salió del campamento. Hasta el mediodía los combates siguieron sin vencedor claro.[42] Finalmente, el calor y la sed, a los que no estaban acostumbrados los galos, les hicieron retroceder y los masacraron.[43] El cónsul hizo tocar un llamado a sus soldados para reorganizarse y la mayoría de los celtas aprovechó para huir, pero algunos intentaron cargar contra los muros nuevamente para intentar vencer.[44] Así, la mayoría de los galos abandonó su campamento para salvarse, pero los romanos acabaron por retroceder en desorden al propio.[45] ConsecuenciasMurieron 5.000 romanos y 11.000 boyos.[45] El cónsul avanzó a Placentia mientras sus enemigos se retiraron a sus tierras.[46] Poco después se le unió su colega, y juntos saquearon el territorio de los boyos y ligures a excepción de marismas y bosques, y sin encontrar gran resistencia.[47] Referencias
BibliografíaAntigua
Modernas
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