DurinEn la mitología nórdica, Durin o Durinn era el segundo de los enanos nacido después de Mótsognir, el más destacado de ellos. Fue quien forjó la espada mágica Tyrfing con la ayuda de Dvalin.[1] Durin aparece en numerosos poemas nórdicos como el Völuspá. Durin (el durmiente) y Mótsognir (de feroz rugido) se formaron de forma espontánea cuando Odín y sus hermanos Vili y Ve crearon el mundo a partir del cuerpo del gigante cósmico Ymir. Durin y Mótsognir se formaron como gusanos que se alimentaban de la carne muerta de Ymir (por lo tanto estaban hechos de tierra y piedra). Los dioses les concedieron la inteligencia y una apariencia humana. Ambos fueron los primeros de entre su pueblo. Los enanos son descritos como pequeños y feos al ojo humano, temían la luz, que los podía convertir en piedra y huían de ella. Habitaban en el reino subterráneo de Nidavellir, uno de los nueve mundos fijados al árbol del mundo Yggdrasil. Este nombre sirvió de inspiración a J.R.R. Tolkien para su personaje Durin el Inmortal, uno de los siete padres de los enanos.[2][3] Referencias
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