Cuenta la historia de Teresa, que cambia de sexo para obtener el poder entre los hombres. Su objetivo es alterar las costumbres, rechazar el pasado y establecer la igualdad de sexos.
Apollinaire subtituló la pieza dramasurrealista, dando lugar a la designación que pasaría a ser la de uno de los movimientos artísticos y literarios más significativos del siglo XX. La portada del programa del estreno era un dibujo de Pablo Picasso.
El estreno de la obra, abundante en travestismos, juegos de palabras y salidas de tono, constituyó un escándalo además por sus alusiones pacifistas en plena Primera Guerra Mundial (en la que, sin embargo, Apollinaire había luchado y sido herido), que hacía sospechosa de pangermánica toda conducta de este tipo.