Luis III Gonzaga (Ludovico III Gonzaga, también llamado Lodovico) apodado el Turco (5 de junio de 1412 - Goito, 11 de junio de 1478) fue el Segundo Marqués de Mantua, desde 1444 hasta su muerte en 1478.[1] Fue el más destacado exponente de la familia y Mantua se convirtió en una de las capitales del Renacimiento italiano.[2]
Luis siguió las directrices de su padre, Gianfrancesco, combatiendo como condottiero para la familia Visconti al lado de Milán en el año 1446, pero al año siguiente pasó al servicio de la República de Venecia, en la liga formada con la República de Florencia contra Milán. En 1450 le fue concedido dirigir un ejército para el rey Alfonso V de Aragón en Lombardía, con el propósito principal de conquistar territorios para sí mismo. Pero Francisco Sforza, el nuevo duque de Milán, lo atrajo con la promesa de Lonato, Peschiera y Asola, antiguos territorios mantovanos en posesión de Venecia. Esta última replicó saqueando Castiglione delle Stiviere y atrayendo a su lado al hermano de Luis, Carlos.[3]
El 14 de junio de 1453, Luis vence en batalla a las tropas de Carlos en Goito, pero las tropas venecianas bajo la guía de Niccolò Piccinino impidieron cualquier intento de reconquistar Asola. La Paz de Lodi (1454) obligó a Luis a restituir todos los territorios conquistados y a renunciar definitivamente a las tres ciudades. Recibe, en cambio, las tierras de su hermano a la muerte de éste sin hijos en 1478.
El momento de máximo prestigio de Mantua fue el Concilio de Mantua, celebrado en la ciudad desde el 27 de mayo de 1459 hasta el 19 de enero de 1460, convocado por el papa Pío II para lanzar una cruzada contra los otomanos, que habían conquistado Constantinopla unos años antes. Como recompensa Luis recibió del papa el honor de la Rosa de Oro y su hijo Francesco se convirtió en cardenal.[4]
A partir de 1466 estuvo más o menos de manera constante al servicio de los Sforza de Milán. Vanos fueron los intentos de emparentar con los duques milaneses; a pesar de los acuerdos para las bodas entre el primogénito de la casa Sforza, Galeazo María, con una de las hijas de Luis, este matrimonio no se celebró, a causa de las deformaciones hereditarias que se desarrollaron primero en Susana (que después se retiró a la vida eclesiástica) y después en Dorotea (que a causa de sus males murió a los 18 años de edad), que fueron designadas sucesivamente como prometidas de Gian Galeazzo. Este episodio representa una de las páginas más amargas y dolorosas de la historia de la familia Gonzaga.[5]
Luis III también estuvo a cargo de la asistencia pública a la ciudad, por lo que encargó al arquitecto Luca Fancelli, la construcción del Hospital Grande de San Leonardo, que fue terminado en 1470. Entre 1470 y 1477 Fancelli construyó para el marqués la casa Ghirardina en Motteggiana, uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura de principios del Renacimiento mantuano.