Las setas u hongos comestibles incluyen muchos tipos de hongos o setas que son recolectados, cultivados y otros que no son cultivados fácilmente (como la trufa y el matsutake), y que son muy apreciados en la gastronomía.
Algunos hongos comestibles tienen un sabor extremadamente fuerte, como el boleto amargo (Tylopilus felleus).
Antes de asumir que un hongo silvestre es comestible se deben seguir unas normas de seguridad y asegurarse de su identificación. La mejor prueba de comestibilidad es la identificación de la especie. Algunas setas que son comestibles para la mayoría de las personas pueden causar reacciones alérgicas en algunos individuos.
Nombres
Hispanoamérica
«Hongos champiñón de París (Agaricus bisporus), es el hongo más consumido.
Entre las especies cultivadas en México se encuentran los champiñones blancos, cafés y orgánicos (Agaricus), las “setas” (Pleurotus), el shiitake (Lentinula), el reishi (Ganoderma), el maitake (Grifola), y el cuitlacoche (Ustilago).[1]
Argentina, Uruguay y Venezuela
«Hongos [comestibles]», en Argentina y Uruguay, siendo el más consumido el «champiñón» (Agaricus bisporus), junto con el shiitake y el portobello.
España
«Setas [comestibles]», hongos para algunas de ellas y según regiones. También reciben nombres de las distintas lenguas habladas en el país.
Historia del uso de las setas
La micofagia (el acto de consumir setas, siendo mico: ‘hongo’ y fagia: ‘comer’), comenzó ya en la prehistoria.
En Chile se han encontrado especies de setas comestibles en yacimientos arqueológicos humanos de 13 000 años de antigüedad.[cita requerida]
La primera evidencia fiable del consumo de setas data de varios siglos antes de nuestra era, en China. Los chinos apreciaban las setas tanto por sus propiedades medicinales como por sus propiedades alimenticias. Los griegos y los romanos comían setas, principalmente las clases más adineradas.[2]
Los césares romanos tenían catadores de comida para probar las setas antes que el emperador, para asegurarse de que no fueran venenosas.
Las setas también se pueden conservar fácilmente, e históricamente han proporcionado nutrición adicional durante los inviernos.
Especies comestibles
Según la FAO, cerca de un millar de especies y variedades de setas forman parte de las costumbres culinarias de la humanidad.[3]
Muchas culturas prehistóricas, y algunas actuales, han usado, o usan, setas alucinógenas para propósitos rituales.
También son usadas por algunos grupos hippies como preparación para la meditación o de manera recreativa.