Sigma[1] (en mayúsculaΣ, en minúsculaσ [en posición final ς]; llamada en griego antiguoσῖγμαsîgma/sîːŋ.ma/, en griego modernoσίγμαsígma/ˈsiɣ.ma/)[2][3] es la decimoctava letra del alfabeto griego. La sigma minúscula tiene dos formas: al final de una palabra, se usa la forma ς; al inicio y en medio de palabra se usa la forma σ.
En la lengua griega, los fonemas [s] y [ʃ] se consideran indistintos.
Además, en el griego moderno, al igual que otras letras del alfabeto, Σ presenta alofonía. Cuando esta letra precede a alguna de las consonantes β, γ, δ, μ, ν, ρ, adopta el fonema [z] (fricativa alveolar sonora). En algunos casos, adopta este sonido cuando precede a la letra λ.
La forma en zig-zag de sigma (Σ) y su posición en el alfabeto derivan de la letra fenicia shin (). No obstante, aparece rotada respecto a su modelo fenicio (igual que otras letras griegas como alfa, gamma o lambda), además en las epigrafías antiguas aparece con un número variable de segmentos.[4][5] En ocasiones sus ángulos están redondeados como en la letra S latina.
El nombre original de sigma puede haber sido "san", pero debido a la complicada historia temprana de los alfabetos epicóricos griegos, "san" llegó a identificarse como una letra separada en el alfabeto griego, representada como Ϻ.[6] Según Heródoto, los dorios llamaban "san" a la misma letra llamada "sigma" por los jonios.[i][7] En algunos alfabetos arcaicos no aparecía sigma, sino que era san (Ϻ) la que cumplía su función, entre ellos estaban los de Corinto, Etolia, Epiro y Creta.[5] Debido a que en estos alfabetos no estaba sigma, su forma angulosa era utilizada a veces para iota (); mientras que para diferenciar mi de san, mi aparecía con las patas de diferente tamaño ().
Respecto al nombre, "sigma" puede continuar el nombre de la letra fenicia samekh (),[8] la letra continuada en el griego como Ξ con el nuevo nombre "xi". Otra teoría sería que el nombre puede haber sido simplemente una innovación griega a partir del verbo 'sisear', de la raíz en griego antiguo: σίζω (sízō, del protogriego *sig-jō 'siseo').[6]
Variantes epigráficas
En las fuentes epigráficas arcaicas aparecen las siguientes variantes:[9]
Sigma lunada
En el griego manuscrito de la época helenística (siglos IV-III a. C.), la forma epigráfica de Σ se simplificó como una C,[10] que también se ha encontrado en las monedas a partir del siglo IV a. C.[11] Esta se convirtió en la forma estándar universal de sigma durante la antigüedad tardía y la Edad Media.
A partir de la época moderna, mayormente abandonada, se la conoce como sigma lunada (mayúscula Ϲ, minúscula ϲ), debido a su forma de media luna, aunque todavía se utiliza ampliamente en letras decorativas en Grecia, especialmente en contextos religiosos y eclesiásticos, así como en algunas ediciones impresas modernas de textos griegos clásicos.
La sigma lunada con punto (sigma periestigmenon, Ͼ) fue utilizada por Aristarco de Samotracia (220-143 a. C.) como signo editorial para indicar que la línea marcada como tal está en una posición incorrecta. Del mismo modo, una sigma invertida (antisigma, Ͻ), marca una línea fuera de lugar. Una antisigma con punto (antisigma periestigmenon, Ͽ) indica una línea después de la cual deben hacerse reordenamientos, o a lecturas variantes de prioridad incierta.
Las formas de la letra del alfabeto copto "sima" (Ⲥ; siglo II a. C. ) y de la del alfabeto cirílico "es" (С; siglo IX d. C.) derivan de la sigma lunada.
En el griego manuscrito de la época helenística (siglos IV-III a. C.), la forma epigráfica de Σ se simplificó como una C,[10] que también se ha encontrado en las monedas a partir del siglo IV a. C.[11] Esta se convirtió en la forma estándar universal de sigma durante la antigüedad tardía y la Edad Media.
A partir de la época moderna, mayormente abandonada, se la conoce como sigma lunada (mayúscula Ϲ, minúscula ϲ), debido a su forma de media luna, aunque todavía se utiliza ampliamente en letras decorativas en Grecia, especialmente en contextos religiosos y eclesiásticos, así como en algunas ediciones impresas modernas de textos griegos clásicos.
La sigma lunada con punto (sigma periestigmenon, Ͼ) fue utilizada por Aristarco de Samotracia (220-143 a. C.) como signo editorial para indicar que la línea marcada como tal está en una posición incorrecta. Del mismo modo, una sigma invertida (antisigma, Ͻ), marca una línea fuera de lugar. Una antisigma con punto (antisigma periestigmenon, Ͽ) indica una línea después de la cual deben hacerse reordenamientos, o a lecturas variantes de prioridad incierta.
Las formas de la letra del alfabeto copto "sima" (Ⲥ; siglo II a. C. ) y de la del alfabeto cirílico "es" (С; siglo IX d. C.) derivan de la sigma lunada.
Un cierto alfabeto de un lenguaje, u otro objeto dependiente de un alfabeto. Expresado en términos matemáticos, p. ej., "el lenguaje definido por el alfabeto Σ = {a, b, c}".
↑"La misma letra, que los dorios llaman "san", pero los jonios 'sigma'", traducido del griego antiguo: "τὠυτὸ γράμμα, τὸ Δωριέες μὲν σὰν καλέουσι ,Ἴωνες δὲ σίγμα", Heródoto 1.139
Referencias
↑Real Academia Española. «sigma». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 29 de enero de 2023.
↑Institute of Modern Greek Studies (2013) [1998]. «Σ, σ, ς». Λεξικό της κοινής Νεοελληνικής [Dictionary of Standard Modern Greek] (en griego). Tesalónica: Aristotle University of Thessaloniki. ISBN978-9-602-31085-4. OCLC952174328.
↑Institute of Modern Greek Studies (2013) [1998]. «σίγμα». Λεξικό της κοινής Νεοελληνικής [Dictionary of Standard Modern Greek] (en griego). Tesalónica: Aristotle University of Thessaloniki. ISBN978-9-602-31085-4. OCLC952174328.
↑Voutiras, E.: ”La introducción del alfabeto”. Teoksessa Christidis, A.-F. (toim.) (2007). A History of Ancient Greek. From the Beginnings to Late Antiquity. Cambridge University Press. p. 267. ISBN978-0-521-83307-3.
↑ abKarali, M.: ”Sistemas de escritura”. Teoksessa Christidis, A.-F. (2007). Historia del griego antiguo. Cambridge University Press. pp. 204-205. ISBN978-0-521-83307-3.
↑ abWoodard, Roger D. (2006). «Alfabeto». En Wilson, Nigel Guy, ed. Enciclopedia de la Antigua Grecia. Londres: Routledge. p. 38.